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Foto: AFP
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El Sector exige al Gobierno una defensa frente a los ‘chalecos amarillos’

miércoles 21 de noviembre de 2018, 07:00h

Tras tres jornadas con múltiples incidentes en las carreteras de Francia, con bloqueos en las principales vías de circulación y de estaciones de suministro, “la situación no ha mejorado y continúan las retenciones en los puntos neurálgicos del transporte internacional”, informa CETM.

La Confederación resume que “lo que se inició el pasado sábado con una protesta ciudadana ante las decisiones del Gobierno francés de llevar a cabo una subida de los impuestos de los combustibles, se ha convertido en un verdadero problema con enormes pérdidas para el Sector del transporte profesional, ante la imposibilidad de circular por Francia”, escenario ante el que las principales Organizaciones Profesionales de Transporte francesas han declarado que “pese a la comprensión de las motivaciones de los manifestantes, su tensa situación económica no les permite perder días de trabajo, al igual que ocurre con las empresas de transporte internacional españolas”.

CETM, Fenadismer y Astic coinciden en reclamar acciones urgentes por parte del Gobierno ante su homólogo francés

CETM afirma que “nuestros conductores se encuentran atrapados en varios bloqueos, en condiciones infrahumanas, tirados en las cunetas y sin poder cumplir su misión de transportar bienes y suministros, por lo que hemos solicitado la intervención del Gobierno español ante su homólogo francés para exigirle que actúe de forma urgente para normalizar la situación en las carreteras francesas y garantice la libertad de movimiento de personas y mercancías”. De no ser así, “la situación se podría complicar con el empeoramiento de las condiciones climáticas”.

‘Precariedad personal’

Fenadismer, por su parte, apunta que “las movilizaciones afectan tanto a las refinerías, peajes de autopistas y, especialmente, bloqueos de carreteras en las principales vías de comunicación, afectando tanto al transporte nacional como internacional”, añadiendo que ayer se procedió al cierre “de algunas de las fronteras entre ambos países, agravando la situación de tránsito entre España y Francia”.

Miles de transportistas españoles llevan atrapados varios días en el interior de sus vehículos, atravesando en cuyos casos una situación grave de precariedad personal”, ante lo que la Federación, “si bien respeta el derecho a manifestarse, ello no puede ser a costa de utilizar como ‘rehenes’ a miles de transportistas y de conductores que no tienen responsabilidad alguna sobre los motivos de la protesta, más aun cuando la gendarmería francesa no está actuando para garantizar el derecho fundamental a la libre circulación, lo que denotaría una cierta complicidad con los manifestantes”.

Por ello, Fenadismer también insta al Ministerio de Asuntos Exteriores “a que actúe con carácter urgente ante las autoridades francesas, por ser una cuestión de extrema necesidad, a fin de permitir liberar a los miles de transportistas españoles, y otros conductores particulares, que se encuentran atrapados en las carreteras francesas”.

Libre circulación

En la misma línea se manifiesta Astic, que demanda “el cumplimiento de la Ley en el marco de la libre circulación de personas y mercancías por todo el territorio europeo, incluida el país galo”, mostrando su oposición “a cualquier tipo de barrera al transporte por carretera en Francia, ya que limita la circulación a los cerca de 20.000 camiones que atraviesan Pirineos cada día, algo va contra los intereses de las empresas y, por tanto, contra los intereses de la actividad económica en su conjunto”, solicitando a las autoridades francesas “que garanticen la seguridad de las personas y mercancías por todo el país”.

Astic informa que sus afiliados con vehículos en Francia “están informando de múltiples e imprevistos cortes de carretera, lo que provoca multitud de camiones españoles parados en el país vecino, lo que está teniendo un grave impacto en su actividad. Los múltiples incidentes distribuidos por todo el país están comenzando a provocar falta de suministro a fábricas, desabastecimiento de alimentos en puntos de venta y deterioro y pérdida de productos perecederos, cuyos costes estimados, desde que se iniciaron las protestas el pasado 17 de noviembre, estarían ya en el entorno de los dos millones de euros”.

La organización de transporte internacional expresa su “preocupación por la creación de nuevas fronteras al Transporte, que va en sentido opuesto al libre mercado y al desarrollo de una economía cada vez más globalizada”.