Entre las conclusiones de dicho acto, cabe destacar que “la logística constituye ya uno de los factores claves de competitividad de las economías avanzadas, y su trascendencia no va a dejar de crecer en los próximos años”. En consecuencia, “el sector logístico es una industria en expansión y se está erigiendo en una actividad con gran capacidad de generación de valor añadido en todo el ciclo de la mercancía: transporte, almacenaje, distribución, embalaje, asistencia postventa, etc”.
Las conclusiones también hablan de que las infraestructuras ferroviarias, portuarias, viarias y aeroportuarias, junto a sus conexiones intermodales, “determinarán el potencial de un territorio para explotar el atractivo de su enclave”. El hecho de que España alcance una malla logística que asegure estos servicios con la extensión y densidad requeridas por el mercado, “dependerá del compromiso de inversión del gobierno para completar la estructura actual”.