La prestigiosa marca alemana quiere hacer historia y con el i3 se ha convertido en el primer fabricante de vehículos eléctricos que incorporan fibra de carbono, un material que hasta ahora sólo era utilizado en la Fórmula 1 y en deportivos fabricados de manera artesanal debido a su complejidad y alto coste de producción.
Se trata de un material con una resistencia y seguridad más que contrastadas, y que, además, reduce el peso del automóvil hasta en un 50% con respecto al acero, ofreciendo la misma capacidad de aguante. Han sido 10 años de investigación en los que BWM ha logrado optimizar la fabricación de este material y su inclusión en los procesos de producción en seri de vehículos, toda una revolución dentro del Sector.
El nuevo modelo de BMW será fabricado por el momento en la planta de la compañía en Leipzig, que funciona de manera integral gracias a la electricidad producida por energía eólica. De tal manera, tanto el proceso de fabricación como el uso del i3 tendrán, además de un gasto reducido, un impacto ambiental mínimo.
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