La capital catalana ya puede coger carrerilla para poder alcanzar a otros puertos europeos si quiere competir con ellos. El puerto de Rotterdam llega al 28% de mercancías que luego se trasladan por vía ferroviaria, y en Marsella, el 16%. Esta es una de las razones por las que Jordi Valls, presidente del puerto de Barcelona, quiere construirmás terminales logísticas y promover los nexos internos para una mayor y mejor circulación de las mercancías. Además quiere convertir a la ciudad Condal en una de las puertas de entrada más importantes de las mercancías procedentes de Asia.