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TRIBUNA DE OPINIÓN: EX-DIRECTOR GENERAL DE TRANSPORTES TERRESTRES

"El informe de la CNC, pura interpretación correcta de la letra y espíritu de la LOTT"

martes 21 de octubre de 2008, 01:00h

"Recientemente he conocido el informe que la Comisión Nacional de la Competencia ha publicado sobre el transporte interurbano de viajeros, que puede encontrarse en www.cncompetencia.es, dedicado básicamente a analizar, desde la óptica de la competencia, el transporte regular de viajeros de uso general, por entendernos, las líneas regulares o concesiones, y, de forma más concreta, el conocido como 'Protocolo' para la realización de los concursos de renovación de las concesiones, pero no sólo eso analiza el documento de la CNC", advierte Manuel Panadero, ex director general de Transportes, en esta Tribuna de Opinión.

Más allá de pequeñas matizaciones sobre el informe y para que las cosas queden claras en cuanto a mi opinión, si es que a alguien le puede interesar, y ello desde el principio, tengo que decir que suscribo absoluta y totalmente el informe y lo creo una de las mejores lecturas e interpretaciones de la LOTT y su regulación en lo concerniente a los servicios regulares de uso general, las líneas regulares, que se han escrito y, por supuesto, afirmo, que esa es la lectura que estaba en el ánimo, espíritu y letra de los que participaron desde la administración en el proceso de generación de la Ley y de su reglamento, el ROTT y más aun, de los parlamentarios que la aprobaron como podría comprobarse en los diarios de sesiones de las Cortes.

Es evidente, con una simple lectura del informe, que este destroza literalmente el Protocolo impulsado por el Director General de Transporte por Carretera como "hoja de ruta" del proceso de renovación de las concesiones, pero es que, en mi opinión, pocas más alejadas, al menos del espíritu de la LOTT, que el de ese Protocolo, y es duro, lo más duro que yo he leído de informes de la CNC, respecto a unas medidas administrativas, hasta el punto de advertir, literalmente, en su conclusión undécima, que, si la DGTC mantiene los pliegos desarrollados al amparo de ese Protocolo, los recurrirá en los Tribunales Contencioso Administrativos en base al artículo 12.3 de la Ley 15 / 2007 de 3 de julio de Defensa de la Competencia. Esto es, la CNC considera literalmente ilegales los pliegos derivados de ese Protocolo.  

En suma, a mi juicio, la CNC niega a ese Protocolo y a los pliegos que este inspiró y los concursos que reguló, la más mínima adecuación a lo que debería ser un proceso con concurrencia y recuerda, para los que parecen entender la concesión como una 'gracia divina', que su única justificación proviene de la elección, que se supone adecuada al interés general, de la preferencia por la regulación en ese sector de actividad económica de 'la competencia por el mercado' frente a 'la competencia en el mercado', pero eso, competencia, no 'dedazo administrativo' falsificador de aquella y, si esa condición falla, la de la competencia por el mercado, todo el sistema concesional se queda sin sentido y se convierte en un enorme fraude a la sociedad y al interés general.

Es obvio, al menos para mí, que hay mucha manipulación de la LOTT y del sistema concesional que esta creó, que algunos se acuerdan de la concesión y del sistema concesional para proclamar sus ventajas, pero eso sí, olvidan de lo que le legitima y justifica en una economía social de mercado, lo concerniente a la concurrencia como forma de acceso a la titularidad de la concesión, lo que no deja de esconder que lo que por algunos, no pocos, se añora, se pretende, y se intenta conseguir,  no es la concesión de la LOTT sino la de la Ley del 47 y sus antecedentes jurídicos, esto es, el sacro dedo administrativo, sin competencia, adjudicando la concesión para toda la vida del adjudicatario y, más aún, de sus sucesivas generaciones, eso sí, salvo transmisión onerosa en beneficio del transmisor y ello a través de sucesivas prórrogas o, de tener que pasar un concurso, que este sea una pantomima que dé, cómo único resultado posible, la renovación de concesionario saliente y además sin daños económicos para la cuenta de resultados de la explotación.

Al informe de la CNC y a la observación de la realidad me remito para la crítica que hago y, que no se olvide, de las aproximadamente 1.200 concesiones interurbanas existentes, no más de 30 son fruto de la concurrencia o esta ha tenido influencia en ellas, el resto, herencia de un pasado al que la LOTT dio un periodo transitorio de 20 años para ponerse al día (la verdad es que, salvo con indemnizaciones, no había otra posibilidad de acortar ese plazo), que el sector alargó con carácter general por otros cinco (¿al coste del año de prórroga hubiese estado de acuerdo en acortar los años de concesión?) y, en algunas CC.AA., hasta por 25 años adicionales. Lo que sobre esas prórrogas opina la CNC, se lee claramente y no es precisamente aplausos, sino fortísima denuncia.

Pero es más, el informe, que resulta demoledor sobre muchas de las actuaciones seguidas desde hace ya demasiado tiempo, reclama plazos más ajustados y en línea con el Reglamento europeo de servicios públicos para las nuevas concesiones, proclama la conveniencia de aplicar, pura LOTT, la prueba de si existe posibilidad de establecer un servicio independiente, a adjudicar en concurrencia, antes de incorporarlo a una concesión preexistente (indicando de paso la conveniencia del conocimiento de la CNC de estos expedientes y por algo será), la de creación de nuevos servicios no cubiertos por más que puedan concurrir indirectamente con otros, esto es, en plata, y referido a Madrid, que, por ejemplo, un Móstoles – Valencia si no está cubierto y existe una empresa interesada en su explotación, es compatible con un Madrid – Valencia y debería establecerse, lo que no es sino pura aplicación de la LOTT para quien quiera leer lo que dice esta, y desde su espíritu, que por más que algunos se empeñen, no es ni la letra ni la filosofía de la Ley del 47.

En consecuencia, en mi opinión, o se va a la LOTT y la línea es la de lo que indica el informe de la CNC, que es coherente con el Reglamento europeo, o se va a una desregulación y ello, de forma más o menos acelerada ligada con la pérdida de legitimidad de un sistema concesional sin concurrencia. No hay más alternativas reales posibles y, sobre ellas,  el sector más dinámico de las empresas, regulares y no regulares, que, en su día apoyó la LOTT, CEOE incluida, y cree en el mercado como forma eficiente de creación de riqueza, debe pronunciarse sobre qué camino quiere transitar. Mi recomendación, el de la LOTT, que no es la Ley del 47, sino la aplicación exigida hoy por la CNC y, exáctamente la misma que aplaudió, y convalidó, en el 93, como recuerda el informe que comento.

Por último, ¿qué ha pasado para que la CNC, heredera del antiguo Tribunal de Defensa de la Competencia, que en su día (informe del 93) apoyó la práctica que se seguía en la aplicación de la LOTT, hoy, sin modificar su discurso, haya hecho una crítica tan demoledora? ¿Qué es lo que ha cambiado?. Me parece una reflexión relevante y necesitada de una respuesta.

Lo positivo de esta situación, desde mi punto de vista, es que la voluntad de la Ministra, reiteradamente declarada (y contrastada en su preferencia por la competencia por ejemplo, en la renovación de las "concesiones" de handling en los aeropuertos), de llevar adelante una renovación concesional con transparencia y concurrencia, declaraciones sobre las que no tengo ni la más mínima duda ni reserva mental, se encuentra con el camino perfectamente señalizado sobre cómo debe ser transitado, identificados los obstáculos que lo impiden, los externos y los internos, y, también, marcadas las vías por donde transitar los nuevos servicios que el tiempo y la capacidad de asumir riesgos del sector definirán.

Que el sector tiene futuro con el marco de la LOTT, con AVE y sin AVE, con low cost o sin ellas, para mí no tiene ninguna duda, por más que haya que adaptarse a un mundo competitivo mejorando la eficiencia empresarial y creando nuevos servicios adaptados a los cambios económicos, sociales y demográficos de la sociedad española.