La primera de las conferencias, ‘Intermodalidad y desafíos técnicos’, contó con la presencia de responsables de empresas de transporte de carretera, como André Broto, director de construcción de Cofiroute; Patrick Jourdan, director comercial y de marketing de Vinci Park; Pierre Mongin, presidente de la RATP, y Hervé de Tréglodé, director general adjunto de RFF. André Boto explicó varias fórmulas para agilizar el tráfico de pasajeros, como por ejemplo la aplicada en Minneapolis, donde se reservan vías para los vehículos prioritarios, permitiéndose el acceso a otro tipo de vehículos mediante modulación tarifaria. Otro ejemplo es Seattle, donde existe una vía reservada para los coches en los que vayan más pasajeros. Por su parte, Hervé de Tréglodé ofreció una explicación de la historia del ferrocarril en Francia, país que cuenta con 30.000 km. de vía férrea. Aún así, para seguir desarrollándose, de Tréglodé apuntó que debe ofrecer nuevos servicios, tales como líneas de alta velocidad, mensajería exprés, autopistas ferroviarias, etc.
Tras esta mesa redonda, el tema de debate recayó en ‘¿Qué hacer, o cómo actuar para llevar a cabo el flete?’. Harald Meilicke, asociado principal de McKinsey Düsseldorf, realizó una presentación sobre dos buenas prácticas de intermodalidad: Una marítima, la de los Países Bajos (donde el transporte marítimo está concentrado en 600 km, siendo un punto de llegada y de partida para las mercancías intercontinentales) y otra ferroviaria, la de Suiza (donde el ferrocarril está muy arraigado, entre otras razones, porque el precio del peaje por carretera es prohibitivo).
Sylvie Bourrier, responsable de estudios jurídicos y financieros del Proyecto Lyon-Turín Ferroviario, comentó que dicho proyecto representa un sistema de autopista ferroviario de gran gálibo con vagones normales, donde la frecuencia de trenes es elevada, con una alta capacidad. Según ella, las ventajas del servicio ferroviario de gabarit son: la simplicidad de materiales, reducción de costes de explotación, la no necesidad de una organización logística específica, y el ser un itinerario alternativo a los peajes caros. En cuanto a Luc Nadal, director general adjunto de Transporte y Logística de la SNCF, ofreció un punto de vista más bien crítico sobre la intermodalidad. Comentó que si la Autopista Ferroviaria Alpina entre Aiton y Orbassano es un éxito comercial, es porque les cuesta a los Estados francés e italiano 16 millones de euros anuales. En esta conferencia también tomaron parte Phillipe Mangeard, presidente del COE; Thierry Duclaux, director general de Vías Navegables de Francia, y Charles Courson, diputado y vicepresidente del Consejo Regional General de la Marne.
Concentración de operadores e intermodalidad
Finalmente, por la tarde se debatió acerca de la concentración de operadores y la intermodalidad, con la presencia de Michel Blietrach, presidente de Keolis; Cyrille du Peloux, directora general de Veolia; Jean-Pierre Frandou, director general de SNCF cercanías; Gerard Lahellec, vicepresidente del Consejo Regional de Bretaña y encargado de infraestructuras y de los transportes; Jean Claude Ronsiaux, responsable de la Coordinación del dossier ferroviario del Grupo Air France-KLM, y Jean Claude Tacnet, director general de Carlson Wagonlit Travel. La conclusión corrió a cargo de Dominique Bussereau, secretario del Estado en los Transportes.
