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Seminario Internacional: ‘Agrocombustibles como obstáculo a la construcción de la soberanía alimentaria y energética’

Durante la cita también se expresó rechazo por la política de biocombustibles mantenida por la Unión Europea

martes 25 de noviembre de 2008, 01:00h

A la Conferencia Internacional sobre Biocombustibles celebrada en Sao Paulo le salió gente al camino: Más de 15 países, representados por organizaciones y movimientos sociales, han emitido una condena común al modelo de promoción de combustibles alternativos, en un acto paralelo a la Conferencia.

Los participantes del seminario internacional 'Agrocombustibles como obstáculo a la construcción de la soberanía alimentaria y energética' estuvieron reunidos desde el pasado lunes 17 hasta el martes 18 de noviembre, coincidiendo con los dos primeros días de la conferencia internacional ‘Biocombustibles como vector del Desarrollo Sostenible’.

"La propuesta general de la conferencia oficial es promover, romper mitos y tornar aceptable la supuesta ‘sustentabilidad’ del etanol de la cana de azúcar para el mercado global", explica el portal biodiversidad en América Latina, que representa a diversos grupos participantes. "Nosotros, movimientos y organizaciones brasileñas de la sociedad civil y parceros de la región latinoamericana e internacionales, estamos construyendo una movilización frente a esta conferencia, en el combate a la expansión del agronegocio de la energía, en lucha por la soberanía alimentaria y energética y en búsqueda de soluciones reales a la crisis climática", continúa el portal, en el que se explican las motivaciones del encuentro, cuyos participantes se declaran "en desacuerdo, radicalmente, con el modelo y la estrategia de promoción de los agrocombustibles. Entendemos que estos no son vectores de desarrollo, ni tampoco de sostenibilidad".

Para los organizadores de la reunión paralela, la estrategia de promoción de los biocarburantes, principalmente en manos de Brasil y Estados Unidos (que producen el 70% de la oferta mundial de etanol), "representa un obstáculo al necesario cambio estructural en los sistemas de producción y consumo". Esto, entre otras razones, por la expansión de monocultivos, la concentración e invasión de tierras, el uso excesivo de agrotóxicos, los atentados a la biodiversidad, las "condiciones degradantes de trabajo" y la amenaza a la seguridad alimentaria. El informe también hace referencia a los ‘subsidios’ y créditos que recibe el sector para la producción de biocombustibles, llamados "agrocombustibles" por los activistas que denuncian modificaciones genéticas a los cultivos.

La UE, también responsable

Por otra parte, el documento también desaprueba la política de biocombustibles de la Unión Europea, que en su búsqueda por aumentar el uso de esa fuente de energía "hipoteca las tierras de los países del sur para atender su demanda".

Las organizaciones sociales participantes buscan una propuesta alternativa de soberanía alimentaria y energética, adecuada a las particularidades de cada país, basada en la racionalización de recursos y en políticas ecológicas, y que priorice "el transporte colectivo sobre el individual". "El precio de la energía debe estar basado en el costo de la producción real y no en la especulación. La energía y los alimentos son derechos de los pueblos dados por la naturaleza", concluye el informe. En el seminario alternativo participaron representantes de organizaciones sociales de Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, Bolivia, El Salvador, Guatemala, México, Ecuador, Paraguay, Tailandia, Holanda, Suecia, Alemania y Estados Unidos.