El Ayuntamiento de Sevilla ha anunciado la implantación de un sistema de videovigilancia en los carriles reservados para autobuses y taxis, con el objetivo de mejorar la velocidad, eficiencia y puntualidad del transporte público en la ciudad. Esta actuación incluye la instalación de once cámaras de control de accesos, con un presupuesto total de 105.279,27 euros.
La instalación de cámaras conllevará un gasto de más de 105.000 euros
El sistema se encuentra en fase de configuración, con ajustes en los lectores de matrículas, que estarán conectados a los servidores municipales de control de tráfico. El Ayuntamiento prevé que las cámaras estén plenamente operativas a partir del 1 de julio.
Las nuevas cámaras se colocarán en puntos estratégicos de la ciudad, como Paseo Colón, Ronda Capuchinos, Recaredo, Plaza Doña María de las Mercedes, Resolana, Enramadilla, Torneo y el Puente del Cachorro, entre otros. Su función principal será vigilar y garantizar el uso correcto de los carriles reservados, restringidos al transporte público y a vehículos autorizados.
El objetivo de esta medida es favorecer el uso del transporte colectivo frente al vehículo privado, con el fin de reducir la congestión y mejorar la puntualidad y regularidad del servicio de autobús urbano. Al evitar invasiones indebidas en los carriles, el Ayuntamiento espera reducir los retrasos y, por tanto, acortar los tiempos de viaje para los usuarios.
Casi 50 kilómetros de carril bus
Actualmente, la red de carriles reservados en Sevilla suma 46,9 kilómetros, y está habilitada no solo para autobuses y taxis, sino también para motocicletas y vehículos eléctricos. Más del 85 % de esta red no cuenta con barreras físicas, delimitándose únicamente mediante señalización horizontal y vertical, para evitar los problemas que podrían causar los separadores fijos en zonas de estacionamiento.
El uso de estos carriles está regulado por la Ordenanza Municipal de Circulación, y se permite también el tránsito de autobuses discrecionales, transporte escolar, servicios especiales con pasajeros y ciclomotores. El Consistorio ha explicado que la decisión de instalar vigilancia automatizada se apoya en experiencias exitosas en otras ciudades como Barcelona, Valencia, Granada o Madrid, donde el control tecnológico ha contribuido significativamente a la mejora del servicio.