Si bien existe consenso en que la amenaza de la recesión obliga a tomar medidas económicas de forma urgente, siguen existiendo importantes diferencias sobre qué medidas tomar y cómo hacerlo. La Comisión ha pedido destinar 200.000 millones de euros (el 1,5% del PIB comunitario) a la promoción de la actividad y el empleo. 170.000 millones saldrían de los presupuestos nacionales y el resto de las arcas comunitarias.
Uno de los problemas es que Alemania, la principal economía de la UE, se muestra reacia a aportar más dinero hasta que las medidas ya aprobadas demuestren su eficacia, lo que mantiene abiertos la mayoría de los puntos del plan.
"Pido a todos mostrar un espíritu de compromiso. Sería un error para Europa abandonar en un momento en que Estados Unidos se acerca" a sus posiciones, indicó el martes en una conferencia de prensa el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Objetivo 20-20-20
Otro de los grandes desafíos de la reunión es la aprobación del paquete de medidas contra el cambio climático, que incluye el llamado 'objetivo 20-20-20' fijado por la UE en marzo de 2007: reducir las emisiones de CO2 el 20%, lograr una cuota de energías renovables del 20% y aumentar la eficiencia energética en 20%, todo ello, además, para 2020.
A la falta de acuerdo sobre los instrumentos a utilizar para alcanzar el 'objetivo 20-20-20', se suma la crisis económica, que ha venido a polarizar aún más las posiciones de los Estados miembros.
La presidencia francesa, que cierra la cumbre, ha afirmado tras meses de intensas negociaciones que el paquete está cerrado al 95%, pero que aún quedan por acordar detalles muy técnicos, relativos a los ingresos por la venta de derechos de emisión y a la necesidad de no perjudicar en exceso a algunos sectores económicos.
Por otro lado, un tercer tema clave del encuentro es cómo lograr que Irlanda ratifique el Tratado de Lisboa, tras del resultado negativo del referéndum de junio pasado.
