Investigadores de Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en colaboración con la ETS de Ingenieros Industriales de la Universidad de Castilla-La Mancha, han logrado producir, de manera experimental, biodiésel procedente de mezclas de grasas animales de baja calidad y aceite de soja.
Los resultados obtenidos sugieren, a juicio de los expertos, que a partir de estas materias primas se produce un biodiésel de calidad aceptable, y con un coste final inferior al habitual. "Las grasas animales empleadas son más baratas y constituyen un residuo graso sin ningún otro uso, con lo que su transformación en biocarburante presenta beneficios medioambientales y reduce la dependencia de otras materias primas agrícolas convencionales", aseguran, añadiendo que "una situación de escasez y encarecimiento de alimentos recomienda el uso de biodiésel de segunda generación (procedente de fuentes no alimentarias), pero su tecnología está todavía en desarrollo. Por lo tanto, se deben considerar como materias primas otras menos valiosas tales como los residuos de aceites y grasas de cocina y las grasas animales recogidas en los supermercados o los mataderos".
