Más de 400 invitados de 18 países acudieron al evento con el fin de aprender más sobre las últimas innovaciones, las posibilidades de futuro y el potencial de mercado de este material tan versátil.
"El caucho sintético se merece esta atención y este foro", comenzó Axel C. Heitmann, presidente del Consejo de Dirección de Lanxess AG, en su discurso de bienvenida. "Nadie podría predecir -que este producto seguiría teniendo tanto éxito 100 años después. Estamos añadiendo la versatilidad y la diferencia en las propiedades químicas de este material porque sabemos que el futuro del caucho sintético no ha hecho más que empezar". Según Heitmann, en las últimas décadas, este material sintético ha abierto la puerta a numerosas innovaciones en el sector de la ingeniería automovilística, la generación de energía, la medicina, el deporte e incluso la industria aeroespacial. "Quizás no lo veamos, pero está ahí más a menudo de lo que pensamos", añadió. "No hay duda de que hoy en día el caucho sintético es el producto más importante para Lanxess".
Durante el coloquio, que duró todo el día, 14 ponentes del mundo de los negocios, de la política y de la ciencia debatieron sobre cómo los éxitos del pasado pueden traerse al futuro, qué importancia tiene hoy el caucho como precursor en otras aplicaciones industriales y qué desarrollo y potencial de producción pueden ser aprovechados en el futuro.
Por su parte, el ministro de Innovación, Ciencia, Investigación y Tecnología del estado Renania del Norte-Westfalia, Andreas Pinkwart , afirmó que "en Westfalia estamos orgullosos de esta patente y de tener una compañía como Lanxess". "Sabéis ver que la innovación mueve el futuro y habéis aumentado vuestro presupuesto en investigación en un 10% a pesar de que éste está siendo un año difícil. Desde luego, ésta es una decisión muy valiente", agregó, dirigiéndose a Heitmann.
Historia
La primera piedra del caucho sintético fue depositada en 1909 por el químico Fritz Hofmann, cuando descubrió el material elástico metil isopreno. El 12 de septiembre del mismo año, la oficina de patentes concedió a Elberfelder Farbenfabriken, la empresa en la que trabajaba Hofmann, la patente con número 250690 para "el proceso de manufacturación del caucho sintético".
