Esta iniciativa, que promueve la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, dispone de un presupuesto de casi siete millones de euros para el mantenimiento de las rutas. Según ha señalado el departamento que dirige Agustín Hernández, la línea más utilizada fue la que conecta las zonas de ocio nocturno de los Ayuntamientos de Baiona y Vigo (Pontevedra), con un total de 4.252 personas en 18 días de servicio. La media, por tanto, se situó en 235 pasajeros diarios.
Por contra, la que registró un menor número de demandantes fue la que une los municipios lucenses de Ribadeo-Meira y Vilalba. En total, 204 líneas operaron durante casi tres meses en la comunidad gallega, por lo que la media alcanza las 500 personas por línea.
Asimismo, Medio Ambiente ha puesto el acento sobre el hecho de que el 30% de las rutas superaron la media de usuarios, al sobrepasar el medio millar. Por provincias, A Coruña concentró 84 de las líneas, seguida por las 40 de Lugo, 31 en Ourense y 30 en Pontevedra. También hubo autobuses nocturnos interprovinciales, como el de A Cañiza-Ribadavia-Ponteareas y Vila de Cruces-Melide. La Xunta de Galicia mantendrá el funcionamiento en invierno de 240 líneas, ya que la considera una medida "necesaria" con el objetivo de "salvar vidas".
