Durante la jornada, que se centró en los avances que contribuyen a mejorar la eficacia y la calidad de los medios de transporte públicos y privados, se destacaron los resultados del estudio ‘Los hábitos de compra y consumo de las personas mayores’, realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) y ganador del Premio Edad&Vida, relacionado con la interacción de personas mayores y medios de transporte.
Patrocinado por el grupo Amma, el estudio del IBV recomienda mejorar los accesos y el diseño del interior del automóvil para que tengan en cuenta las necesidades de las personas mayores. Asimismo, revela que los mayores, conforme va avanzando su edad, pueden verse obligados a dejar de usar el vehículo privado; de ahí la necesidad de una buena red de medios de transporte público. El uso del transporte público por este colectivo puede estar condicionado por la salud, el nivel de renta que posean, si se encuentran en una zona urbana o rural y el grado de accesibilidad del transporte, siendo éste un factor fundamental para fomentar la autonomía personal.
La mayoría de las personas mayores quieren seguir conduciendo ya que el vehículo privado aporta libertad, autonomía y estatus entre sus semejantes, al presuponer una buena salud para el conductor. Pero lo cierto es que viajan principalmente en autobús o tren (71,5%), siendo el automóvil el tercer medio de transporte más utilizado.
Problemas de acceso
En lo referente al transporte público, las personas mayores tienen el acceso limitado por la falta de adecuación a sus necesidades: obstáculos físicos del entorno y del propio transporte, y barreras interactivas que se refieren a la atención ofrecida por el personal del medio de transporte a las personas mayores.
Para que el sector del automóvil consiga atraer a las personas mayores como futuros clientes es necesario tener en cuenta sus necesidades a la hora de diseñar el producto, sin que esto suponga una limitación para personas de otras edades.
En este sentido, diversos estudios llevados a cabo por el Instituto de Biomecánica de Valencia han tenido en cuenta aspectos como el confort del pasajero, la ergonomía del puesto del conductor, la eficiencia y el diseño de interiores, las interfaces hombre-máquina, la ingeniería emocional y la calidad percibida de los productos.
Un ejemplo de los diversos estudios que ha llevado a cabo el Instituto de Biomecánica de Valencia es el diseño de un coche denominado ‘Urban Car’ que refleja el concepto de vehículo urbano eléctrico, de peso reducido, siguiendo criterios de movilidad urbana sostenible y orientado a las necesidades actuales de las personas mayores. Este nuevo concepto de vehículo se ha desarrollado utilizando las técnicas más novedosas de ingeniería emocional para conseguir diseñar un producto final que refleje las preferencias, hábitos de uso, necesidades y expectativas de los usuarios.
