Las mencionadas entidades manifiestan su desconfianza en que la modificación del PEIT mejore su "tremenda insostenibilidad" y, por el contrario, advirtieron que seguirá siendo el "principal agente de la destrucción" y "peor enemigo" de la biodiversidad y de la lucha contra el cambio climático, además de un "derroche" de fondos públicos en un contexto de crisis económica. Así, el responsable de WWF, Luis Suárez, denunció que los planes de expansión de autovías no se han articulado con la "correcta evaluación ambiental" ni respetando los trámites administrativos de declaración de impacto ambiental; que se duplican autovías que no llegan a una ocupación de 10.000 vehículos diarios, y que se promueven infraestructuras a nivel autonómico que luego se pasan al Ministerio de Fomento para que se ejecuten con dinero de los Presupuestos Generales del Estado. En definitiva, considera que "este PEIT es tan malo para la conservación de la biodiversidad como para los ciudadanos".