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JOSÉ MIGUEL BÁEZ, PRESIDENTE DE LA CONFEDERACIÓN NACIONAL DE AUTOESCUELAS

‘Vamos a decir la verdad: En muchos países se obtiene el permiso de conducir comprándolo’

Conductores extranjeros y evaluación de las autoescuelas, temas de la segunda parte de la entrevista publicada ayer

miércoles 21 de octubre de 2009, 01:00h

Orgulloso y satisfecho se declara el presidente de la CNAE ante los resultados de una encuentra de Fesvial, que indica que un 85% de los conductores está contento con la enseñanza que se imparte en las autoescuelas. ‘Ha sido un respiro —reconoce—, ya que siempre que te ponen en esa tesitura, de valorarte en la calle, te preocupas’

"Pero no salió tan mal", continúa José Miguel Báez, explicando que las autoescuelas españolas obtuvieron una nota media de 7,8 sobre 10. La labor realizada por los profesores, tanto en las clases teóricas como en las prácticas, y el rol de las autoescuelas en la reducción de accidentes —un 83% de los conductores considera que habría más accidentes si éstas no existieran— son otros resultados positivos que arrojó la encuesta.

- ¿Cuál sería el punto débil de las autoescuelas, según el estudio?
- Los alumnos se quejaban  de lo que yo me quejo al revés: que somos caros. ¡Dios mío! Estamos regalando los cursos casi, por la gran competencia que tenemos. Y la gente no lo valora, no se da cuenta. El que paga siempre lo encuentra todo caro. Yo los entiendo, pero bueno... Estamos muchas veces por debajo de lo que cuesta ofrecer el servicio.

- Y según usted, ¿qué falta por mejorar en las autoescuelas?
- Tenemos que empeñarnos en dar mejor formación, más de lo que exige la DGT. Es difícil convencer a alguien de que reciba más clases que las "necesarias", o que se le va a enseñar algo que no se le va a pedir, pero habría que intentarlo.

- ¿Entonces cree que se pide poco?
- No, se pide lo que se pide. No es poco, hemos mejorado mucho los exámenes. Pero realmente seríamos tontos si estuviéramos contentos con lo que tenemos. Yo creo que nunca debe estar uno contento con lo que tiene, debe tratar de mejorar. La formación de los conductores tiene que mejorar, entre todos: La DGT por un lado, las escuelas de conductores por otro. Y la sociedad tiene que demandarlo también, eso es importante.

- Respecto a la formación de los conductores latinoamericanos, la CNAE reclama que existen distintos estándares de calidad y ha pedido que se unifiquen los criterios. ¿Cómo va eso?
- Tenemos una organización iberoamericana de escuelas de conductores y hemos celebrado su tercer congreso internacional, esta verano en Quito. Y los propios profesionales de las escuelas de los países asistentes, que fueron 10 países latinoamericanos, expresaron su deseo de mejorar la formación, los exámenes y los niveles de profesores y examinadores. No nos engañemos, vamos a decir la verdad: En muchos de los países que participaron en el congreso se obtiene el permiso de conducir comprándolo. O haciendo un examen que ni es examen ni es nada. Los propios profesionales de esos países, que han estado en España y han visto como funcionan las cosas acá, están convencidos de que aquello tiene que cambiar. El índice de siniestralidad es tremendo. Y no se puede decir a los ciudadanos españoles que los estándares de calidad son similares a los europeos. Eso no es cierto, y no se puede decir y después quedarse uno tan fresco como una lechuga. Hay que tener un poco de sentido común, porque estamos todos luchando por la seguridad vial.

- Bueno, eso es un ‘secreto a voces’...
- Sí, pero lo han reconocido los propios colegas. Son conscientes de que tienen que mejorar aquello y que así no se puede seguir. Pero es que eso algunos gobiernos ni se lo han planteado. Entonces lo que habría que valorar es que el propio sector pide que la situación se mejore.

- ¿Qué acciones piensan tomar acá en España?
- Hemos hecho nuestra crítica correspondiente. Lo que pasa es que ningún partido se atreve, todos están de alguna manera implicados en esta operación. Porque en el fondo se traduce en votos. Hay gente a la que no le va a gustar que eso se diga. Pero esa es la verdad, no hay otra. Lo demás es cinismo absoluto. Por lo menos nosotros se lo decimos a la sociedad. Fuimos los primeros, y en aquel momento todo el mundo pensó "claro, las escuelas de conductores lo van a decir porque lo tiene que decir". Pero aparte de que lo dijimos porque nos afectaba, lo dijimos porque teníamos conocimiento de causa. Empezamos a protestar con este tema hace 8 ó 10 años, porque yo me había preocupado de ir allí y comprobarlo, es decir, comprar un carné de conducir. Ya sabía de lo que estaba hablando. Hay países donde cada ayuntamiento tiene su carné de conducir, donde no hay registro de conductores y vehículos.

- Háblenos de los desafíos de la CNAE a futuro
- El mayor desafío que tenemos ahora es la Ley Ómnibus, que le quita a la formación teórica todo el valor que tiene, siendo que ya está bastante tocada. Y qué pasa, cuando una persona no asiste a las clases teóricas, sino que lo aprende por su cuenta, el profesor de la parte práctica se encuentra con muchas dificultades para que entienda lo que tiene que hacer. Porque una cosa es saberlo de memoria y otra que alguien le haya explicado el por qué. Y no sabemos como vamos a salir de ahí.  Ahora, si salimos de ahí, el desafío que sigue es que se haga un examen con multirrespuestas teórico para evitar su memorización, que es fatal. Porque al final, todo lo que se memoriza no se entiende y se olvida. Otro gran reto es que tengamos un reglamento de escuelas de conductores en el que se controle realmente la formación de los conductores. Nuestra apuesta es por la calidad de la formación. Esa tiene que ser nuestra gran batalla.