El director de Ingeniería de EMT Madrid se centró en el tema de la ‘Eficiencia energética del transporte urbano’, enfatizando en la necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles. "Al gasóleo hay que mandarlo al infierno", afirmó, para pasar a ofrecer un análisis de las técnicas alternativas para autobuses que contempla la empresa madrileña: biodiésel, bioetanol, gas natural comprimido, electricidad, hidrógeno, híbridos y tratamiento de gases de escapes, con las principales ventajas e inconvenientes de cada uno. A modo de conclusión, Terrón aseguró que, en lo que respecta a nuevas técnicas, "nada se va a imponer. El resultado mejor o peor dependerá del uso combinado que se haga de ellas".
La presentación de González-Balmás también hizo referencia a la utilización de combustibles alternativos, esta vez por parte de TMB. "¿Por qué demonios se mete una empresa de en estos berenjenales?", se preguntó, para pasar a ofrecer un análisis de las razones medioambientales y de diversificación energética que han de llevar a los operadores a valorar opciones alternativas. Eso sí, se debe tener en cuenta que, pese a sus inconvenientes, "viviremos con vehículos diésel durante muchos años más", si bien para mayores exigencias medioambientales (EEV) es necesario recurrir a otros combustibles y sistemas de tracción. En este sentido, corresponde a las empresas de transporte público asumir un papel de "ejemplo" en su uso.
Ortega, por su parte, se refirió al sistema de mejora de la eficiencia energética y cogeneración de energía limpia implantado por el Metro de Bilbao, mediante la recuperación de la energía que se genera en el proceso de frenado de los trenes. El proyecto responde al doble objetivo de alinear a Metro Bilbao con las políticas medioambientales y de ahorro energético de la CE y diseñar e implantar un sistema que permita un aprovechamiento de las energías cinéticas residuales procedentes del proceso de frenado, además de reducir el consumo energético de tracción.
Dómine: Nuevas exigencias
Vicente Dómine, director general de Transportes, Puertos y Costas de la Generalitat Valenciana, arrancó su ponencia ofreciendo "un poco de historia" respecto al rol de las administraciones para facilitar la movilidad ciudadana", planteando a continuación la pregunta de "y ahora qué nos están pidiendo los ciudadanos? Se abre la etapa de las políticas integradas, que resuelvan las necesidades de desplazamiento aprovechando todos los instrumentos a nuestra disposición: vehículo privado, transporte público por carretera y ferroviario y desplazamientos a pie o en bicicleta". Además, Dómine esbozó un ‘panorama de la movilidad’ para el año 2020, que estaría marcado por un fuerte incremento en la demanda y una serie de condicionantes claves, como la calidad del entorno urbano, límites ambientales o el precio de la energía, además de la necesidad de una eficiencia cada vez mayor en el transporte público. Ello haría más y más indispensable la implicación de las autoridades estatales y europeas, así como la integración de los sistemas de transporte y el mantenimiento de los esfuerzos en infraestructuras, entre otros.
