La jornada, denominada ‘360° traceability: experiences towards the future’, que se ha celebrado en el Hotel Confortel de Barcelona, ha abordado una amplia variedad de temas entre los que se incluyen el establecimiento de estándares y modelos de referencia en trazabilidad, el uso de dispositivos y modelos innovadores, la integración de la trazabilidad en el mundo real, pruebas piloto, las perspectivas de los usuarios y los proveedores, y los próximos retos en trazabilidad.
En las diferentes ponencias han participado Atos Origin, Parmalat, Universidad de Barcelona, Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, GS1 Global Office, Universidad de Parma, Universidad de Kent, Engineering y Coldinetti.
El Consorcio Traceback, financiado por la Unión Europea y en el que participan 28 empresas e instituciones europeas, ha creado un sistema idóneo que permite mantener el enlace entre los alimentos y su información en todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la materia prima de un producto, hasta el punto de venta final al consumidor.
En el desarrollo del proyecto se han utilizado dos vías de actuación: el desarrollo de dispositivos y sensores que capten más rápidamente las incidencias reduciendo los plazos de reacción; y la creación de una infraestructura de comunicaciones que sea pública y permita a las empresas implicadas en la cadena alimentaria mantener una comunicación más rápida y sencilla, casi instantánea.
El beneficio del establecimiento de unos estándares en trazabilidad alimentaria se traduce en una mejora de las actuaciones en caso de producirse una alerta alimentaria, ya que permitirá obtener una información detallada sobre los lotes y lugares de entrega de los productos afectados reduciendo así una posible alarma social.
Proyectos piloto
Hasta la fecha se han realizado dos proyectos piloto industriales: el primero por la empresa Parmalat sobre el sector lácteo y el segundo sobre la producción de tomates frescos en España, desde la plantación de la semilla hasta su comercialización en los supermercados Consum.
El análisis final de ambos proyectos permitirá ofrecer una completa visión de negocio a finales de 2010 para que la Unión Europea pueda implantar un modelo común de trazabilidad alimentaria.
