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Un estudio de la Fundación Mapfre recomienda no usar gafas con cristales minerales para conducir

La investigación demuestra que la activación del airbag puede provocar lesiones en algunos casos

lunes 22 de marzo de 2010, 01:00h

Un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre desaconseja usar gafas con cristales minerales al conducir, para evitar las lesiones que puede ocasionar el estallido del airbag. La investigación es el resultado de más de dos años de investigaciones.

El informe, pionero en la materia, demuestra la vulnerabilidad del globo ocular ante cualquier tipo de impacto y recomienda utilizar gafas con montura cerrada, cristales orgánicos y mantener una distancia de 45 centímetros respecto al volante. El estudio ha sido realizado ante el hecho de que el 72% de los conductores utiliza gafas en algún momento, de sol o correctoras, y, sin embargo, no son conscientes de que en caso de una colisión a baja velocidad existen riesgos de sufrir lesiones oculares, ya que un golpe contra el airbag o el volante puede provocar daños en la cara y los ojos.

Argumentan los especialistas que el uso combinado del airbag y el cinturón de seguridad reduce el riesgo de muerte hasta un 9,5%, pero el estudio demuestra que la activación del airbag puede provocar lesiones en algunos casos. Esto viene provocado principalmente por mantener una distancia inadecuada con el volante: el 26% de los conductores se sitúa a menos de 42,5 centímetros (distancia ojos/centro de volante), cuando lo correcto, como media, son 45.

La posibilidad de sufrir lesiones oculares en accidente de tráfico es el doble en el caso de las personas que llevan gafas que en el resto, ya que en una colisión algunos modelos de gafas pueden representar cierto peligro. Cuando las gafas no se rompen actúan como un agente protector para los ojos, aunque ese efecto es un 15% inferior en el caso de las que tiene monturas al aire, en tanto que las lentes de contacto semirrígidas muestran que pueden soportar una fuerza cinco veces mayor que las gafas convencionales sin partirse.

Los resultados de los choques indican que incluso en un golpe a baja velocidad (20 km/h), en el que no se activa el airbag, el cuello sufre una brusca flexión que provoca la desaparición de las gafas. Esto tiene como consecuencia el impacto directo de la cabeza con el volante y la posible fractura orbitaria o nasal. En choques a 30 km/h con gafas tradicionales (de montura cerrada), en los que sí hay estallido del airbag, éstas permanecen en la cara y en la mayoría de los casos no se fracturan, con el potencial efecto protector.

Recomendaciones

Tras las pruebas, el informe recomienda no usar cristales minerales para conducir (representan el 30% de las ventas de mayoristas) porque pueden astillarse; utilizar gafas con montura cerrada; solicitar asesoramiento acerca de la solidez de la montura y la resistencia de los cristales; mantener una distancia adecuada respecto al volante y no acercarse más aunque se incorporen pasajeros detrás del conductor, ya que disminuye la seguridad.

Los pacientes operados de cataratas, glaucoma o cirugía refractiva deben concienciarse del riesgo de sufrir lesiones oculares graves en caso de colisión y, en consecuencia, elegir unas gafas con capacidad de protección ante el golpe.

A los fabricantes, por su parte, se les pide que comprueben que sus gafas tienen un mínimo de rigidez ante un choque de cierta magnitud y a las autoescuelas que deben enfatizar en la necesidad de respetar la distancia del tronco al volante para permitir una correcta actuación de los mecanismos de retención en caso de accidente.