"Esto nos permite tratar adecuadamente el problema más urgente, el de reducir las emisiones de dióxido de carbono", dice Lars Mårtensson, director de Medio Ambiente de Volvo Trucks.
Petróleo y carbón, los dos combustibles fósiles que hoy en día utilizan mayoría de las industrias del planeta de alimentación, para calentar hogares y generar movimiento en los vehículos, se secarán un día, a pesar de que para dicha fecha todavía pueda quedar algún tiempo. Sin embargo, lo que es un problema más grave es la emisión de dióxido de carbono, nitrógeno, azufre y partículas de petróleo y carbón.
Para la industria del transporte, que es dependiente del petróleo en un 97%, la presión está ahora en la búsqueda de combustibles alternativos. Una de las alternativas que muchos expertos consideran más prometedora es el gas natural.
"Gas Natural es una de las varias alternativas existentes. Y gas natural puede ser mejor que el petróleo ya que produce menos emisiones de dióxido de carbono", dice Magnus Swahn, presidente de la consultora Conlogic, que trabaja en el desarrollo de soluciones de logística sostenible.
De metano
El gas natural se compone fundamentalmente de metano, el cual, tras la combustión, libera un 30-50% menos dióxido de carbono que el petróleo y alrededor de un 40% menos de óxidos de nitrógeno. Y a diferencia del petróleo, el gas natural no liberan azufre, metales pesados o cenizas en el aire.
No todas las reservas de gas natural de la tierra han sido cartografiadas plenamente, pero aquellos yacimientos que han sido descubiertos son muy grandes en comparación con las reservas conocidas de petróleo del planeta. La irrupción del gas natural en la industria del transporte podría ser una forma de reducir la dependencia del petróleo y daría como resultado un considerablemente menor impacto ambiental.