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Integración tarifaria y adecuación de la oferta a la demanda, claves para mejorar la eficiencia en el urbano

Lisboa, Bogotá y San Sebastián compartieron sus modelos de gestión durante el Congreso de Atuc

viernes 15 de octubre de 2010, 01:00h

La segunda mesa de trabajo de la primera jornada del Congreso de Atuc, que tuvo lugar en San Sebastián la semana pasada, se centró en el intercambio de experiencias entre distintas ciudades que, a su manera, han sabido adecuar su oferta a la demanda de los usuarios: Lisboa, Bogotá y San Sebastián.

La presentación realizada por Rita Lapa, del departamento de marketing de Otlis de Lisboa, fue un claro ejemplo de las múltiples opciones de billetaje y tarificación que se pueden congregar en una ciudad. Otlis es una entidad que agrupa buses urbanos, suburbanos, metro, transporte fluvial... Todo ello exige un complejo sistema tarifario, que Lisboa ha solventado con un único título sin contacto.

Desde hace casi 15 años, Lisboa trabaja en la integración tarifaria, y después de varias fases, lo lograron plenamente en 2008. Además, la tarjeta sin contacto tiene muchas otras aplicaciones, como el pago en los aparcamientos de la ciudad o el pago del servicio de coche compartido, aunque se sigue trabajando en ampliar los servicios.

Otlis gestiona las tarjetas, pero también los puntos de venta y la red de recargas, el reparto de la recaudación, la seguridad en las transacciones... De este modo, "se reduce la inversión necesaria por parte de los operadores, que además tienen siempre la información actualizada", destacó Lapa, adelantando como nuevos proyectos el pago del transporte con el móvil o con la tarjeta de crédito del banco, iniciativas ambas con las que ya se están haciendo pruebas.

Otra de las experiencias internacionales del Congreso la aportó Mario Valbuena, de Transmilenio en Bogotá. Tras indicar que la ciudad tiene 7,2 millones de habitantes y 16.000 vehículos que se dedican al transporte urbano, con una velocidad comercial de 17 km/h, recordó que hace 10 años la situación era bien distinta, con malas infraestructuras, escasa capacidad empresarial y oferta, parque muy viejo y rutas ineficientes. Por eso, se buscó "una solución integral, con 400 km de carril bici, restricciones a la circulación de turismos en determinados días y un sistema de líneas de alta capacidad, atendido por buses de 18 metros y alimentado por otras líneas radiales.

Así, es posible el transporte de 45.000 viajeros/hora y sentido en hora punta, gracias a 11 operadores  y al pago sin contacto. Así, las cifras actuales de Transmilenio hablan de 1.205 urbanos articulados y biarticulados, 1,7 millones de viajes al día (450.000 más con la misma infraestructura), 101 estaciones sencillas, siete intercambiadores, 102 rutas troncales (de las que 94 son express) y 83 rutas que las alimentan, atendidas por 575 buses convencionales.

En casa

Por último, Gerardo Lertxundi, gerente de Dbus, repasó la actualidad del transporte urbano en la ciudad sede del Congreso, indicando que la red tiene dos líneas express de gran capacidad, 21 líneas convencionales, cuatro de microbuses para acceder a lugares más complicados y nueve líneas nocturnas. A esto se suma la incidencia del transporte en cercanías y en los servicio de Lurraldebus, que también cubren trayectos urbanos.

Otras cifras de DonostiaBus es que sus buses llevan 700 viajeros al día cada uno, que más del 85% de los usuarios viaja con títulos bonificados, y que el Ayuntamiento sólo aporta 0,3 euros por cada viaje. El resto lo cubren las tarifas. "El transporte urbano es una apuesta estratégica de la ciudad, con plataformas reservadas y distintas soluciones intermodales", aportó Lertxundi, añadiendo que en cinco años, el volumen de viajeros ha pasado de 26 millones a 29.