Se trata de un ambicioso proyecto viario que traslada al país latinoamericano el modelo de autopistas de primera generación que existe en España. El proyecto incluye dos fases diferenciadas: en la primera se realizará todo el trabajo de consultoría y asesoramiento técnico, mientras que en la segunda se emprenderán las obras propiamente dichas, que también son supervisadas por Ineco.
El nuevo modelo de las autopistas de México concentra en un grupo especializado la responsabilidad en la asesoría técnica (estudios y proyectos) y en la supervisión tanto del futuro operador como del responsable del mantenimiento de la vía. Es quien debe asegurar el cumplimiento de los niveles de calidad en todas las fases.
El contrato, con una duración de 14 años y un importe de más de 37 millones de euros, supone un nuevo hito en la colaboración en distintas materias que se ha venido produciendo entre Ineco y Banobras durante los últimos meses. El presidente de Ineco, Ignasi Nieto, procedió a la firma del contrato el pasado 4 de febrero en México D.F.
La autopista Guadalajara-Colima fue construida en 1983, tiene una longitud de 148 kilómetros y forma parte del corredor Manzanillo-Tampico, siendo ésta la principal vía de comunicación terrestre entre las ciudades de Guadalajara, Zapotlan El Grande (Ciudad Guzmán), Colima y el puerto de Manzanillo.
