La innovación y la tecnología fueron los ejes del Congreso, cuya sesión inaugural corrió a cargo del presidente de Aecaf y vicepresidente primero ejecutivo de Citet, Fernando Rodríguez Sousa. En su intervención, destacó que el II Congreso se celebra "para dar respuesta a los objetivos asumidos por Citet durante su fundación. Se pretende mejorar la competitividad y eficiencia mediante las nuevas tecnologías, y por eso las ponencias y talleres se centran en este aspecto".
El presidente de Aecaf prosiguió indicando que "también nos proponemos reducir el impacto ambiental de nuestro sector y apoyar a un crecimiento sostenible, para lo que se proponen sesiones sobre vehículos y combustibles alternativos, a lo que se suma la firma de la Declaración de Responsabilidad Empresarial de la Cadena de Suministro", suscrita por Aecaf, Anatrans, Astic y Lógica. "También hemos de mejorar la seguridad de los procesos y la ‘última milla’, al tiempo que asesoramos y colaboramos con las distintas Administraciones para su toma de decisiones", concluyó rodríguez Sousa.
A continuación, el director general de Transporte Terrestre del Ministerio de Fomento, Manel Villalante, declaró su interés particular sobre la distribución urbana de mercancías, "algo sobre lo que el 55% de la población mayor de 18 años no sabe bien lo que es, y piensa en bicicletas para ir por la ciudad". Añadió que "la distribución sostenible es necesaria, pero incómoda, pero más incómoda es la movilidad insostenible, porque lastra la calidad de vida y la competitividad de las ciudades".
Atención a las causas
Para Villalante, la solución pasa por fijarse en las causas que provocan que un camión descargue en doble fila, por ejemplo, "porque si no, será imposible dar con las acciones correctas. La distribución urbana de mercancías es un problema histórico, inevitable y complejo, que por sus características se tiende a dejar de lado, pero no podemos permitírnoslo".
El director general recordó que "los centros de producción y de consumo están cada vez más alejados, y eso hace que los costes y la tensión recaigan en el operador logístico. Porque, además, se quiere todo en el momento, reduciendo al mínimo los stocks y trabajando casi a demanda, lo que supone más tensión aún. Y esto, además de injusto, es inviable. Hay que analizar la cadena en su conjunto, y no centrarnos sólo en el eslabón el transporte o en los problemas que se dan en la última milla".
Entre las soluciones aportadas por Villalante se encuentran "la posibilidad de articular plataformas comerciales que agrupen el stock de varias empresas, con una normativa que regule dichos stocks y el número de viajes que se pueden realizar a cada establecimiento, porque no es de recibo que, por el hecho de no contar con almacenes, se deba servir el mismo producto al mismo establecimiento hasta cuatro veces diarias, como está pasando. Un centro comercial no puede centrar sus esfuerzos en la movilidad de las personas, sino que debe prestar también atención al abastecimiento".
Por último, lamentó que "la subida del combustible esté ensombreciendo una situación en el transporte que mejora desde el segundo semestre del año pasado, cuando estábamos finalizando el ciclo regresivo".
