De este modo, el responsable de Ganvam ha alertado de que la falta de financiación y la incertidumbre económica han reducido las ventas desde los 1,6 millones del año 2007, hasta una previsión inferior a las 900.000 unidades para el presente ejercicio. Si bien durante los años de bonanza las cifras estaban distorsionadas por la práctica habitual de las automatrículas, lo cierto es que el mercado debería situarse en un nivel de entre 1,2 y 1,3 millones de unidades.
No obstante, esta caída de las ventas no ha impactado por igual en todos los canales de distribución, ya que fue mucho más notable en el caso de los particulares, de tal modo que si antes de la crisis eran los principales impulsores del mercado, ahora su peso es relativamente similar al de empresas y 'rent a car'. De este modo, la crisis y las restricciones crediticias, unidas al fin de los planes de ayuda como el 2000E o el Prever, han reducido el peso de los particulares en el 'mix' de ventas desde el 55% que ostentaba antes de la crisis hasta el 43% actual, lo que implica un descenso de doce puntos porcentuales.
Por su parte, el canal de empresas está resistiendo algo mejor, pasando de representar el 27% al 31% de las ventas en tan sólo cuatro años; también las alquiladoras están consiguiendo mantener unos niveles de ventas aceptables, gracias al buen comportamiento de la industria turística española en los últimos meses, lo que les ha permitido elevar del 18% al 25% su peso en el conjunto de las matriculaciones.
Una ‘revolución’
El presidente de Ganvam ha explicado que el sector de automoción está viviendo en los últimos años "una auténtica revolución" y, como tal, debe interpretarse como una oportunidad de progreso siempre que todos —fabricantes, vendedores y usuarios— sean capaces de aprender de los errores para no repetirlos en un futuro y darse cuenta de que "no todo vale".
En este sentido, ha recalcado que "hay que alcanzar un término medio entre la euforia de los años previos a la crisis y la situación crítica actual", en un proceso al que también contribuirá la futura Ley de Contratos de Distribución, pues "equilibrará las relaciones entre fabricantes y distribuidores, evitando la imposición unilateral de condiciones arbitrarias muchas veces inasumibles por los concesionarios".
