Asimismo, se están montando elevadores en vehículos actualmente en servicio para que garanticen la posibilidad de ofrecer este servicio a las personas que lo precisen, incluso en los casos en los que problemas técnicos impiden la utilización del mecanismo automático.
De esta forma, en el presente ejercicio y en lo que al sur se refiere, se ha extendido la red de vehículos accesibles desde el área metropolitana hasta Candelaria y Güímar, y hasta Arona (Playa de las Vistas) a través de la línea 110, con un vehículo especial con posibilidad de transportar hasta seis sillas y sus acompañantes. De igual manera en la zona norte, donde ya existían vehículos accesibles hasta Puerto de la Cruz, se ha extendido el mapa de la accesibilidad hasta Buenavista.
Desde el año 1997 que Titsa incorporó el primer vehículo urbano adaptado de piso bajo dotado con rampa y en la medida que las características de las rutas y paradas lo han permitido, la compañía ha ido incorporando paulatinamente vehículos accesibles a su flota.
Actualmente, el porcentaje de flota accesible en los servicios urbanos es de un 99%, siendo de un 89% en el área metropolitana y de un 40% de la flota interurbana con vehículos adaptados con rampas o elevadores para personas con discapacidad, cumpliendo con la legislación vigente en materia de movilidad que coloca el mínimo exigido en un 10%. Por tanto, Titsa se sitúa muy por encima de la media europea en adaptabilidad.
Ahora, aunque la inversión en medios materiales ha sido importante, lo más valorado por los distintos colectivos ha sido la actitud y sensibilidad de la compañía respecto a la búsqueda de soluciones para las personas con discapacidad, así como la elaboración y puesta en marcha de un Plan de mejora de accesibilidad al transporte en guagua en la isla 2011-2013 con objetivos a corto, medio y largo plazo, confeccionado conjuntamente con el área de movilidad del Cabildo Insular de Tenerife.
Formación de los conductores
Dentro de los cursos que se imparten en la empresa para la mejora de la formación de los trabajadores se están realizando cursos de atención a las personas con movilidad reducida, en colaboración con la Universidad de La Laguna y varias ONGs, en los que se imparten pautas de conducta para las distintas situaciones a las que se enfrenta un conductor en el trato con usuarios en silla de ruedas, mujeres embarazadas, con dificultad de visión, convalecientes de enfermedades o intervenciones quirúrgicas, con dificultades auditivas o de habla, de talla baja, con bastones muletas, andadores, con limitaciones de comprensión, con niños pequeños, entre otros.
