Attitudes es una iniciativa social de Audi creada con la intención de canalizar su compromiso con la promoción de la educación vial y la protección del medio ambiente. "En el tráfico se ha empezado a intervenir hace muy poco tiempo, de ahí que quede mucho camino por recorrer para adecuarnos a un modo de conducción cívico", advierte Francisco Alonso, profesor de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (UV) y director de Investigación de Attitudes, en declaraciones al diario El País. La base, es decir, la educación vial, sigue fallando, según los expertos. La percepción del peligro es baja porque se ve peligrosa la forma de conducir de los demás en vez de la propia. Alonso cree que el dato es "preocupante" y lo achaca a que "uno se cree que, mientras conduce, lo está haciendo todo bien, y que la culpa es del resto; lo único que consigue es autoconvencerse y así tener una excusa para poder también infringir".
Los dos perfiles descritos en el estudio del instituto de Audi se corresponden a los siguientes: el de buen piloto a una mujer, de 36 a 65 años, con estudios básicos, conductora de vehículos de tipo familiar -berlinas o monovolúmenes-, que no ha sufrido ningún accidente de tráfico ni ha recibido ninguna multa por aparcamiento indebido en los últimos años y que vive en Aragón, Navarra, Cantabria, Asturias y Euskadi; el de mal conductor a un hombre, de 18 a 35 años, sin estudios, conductor de vehículos de carga -furgonetas, camiones y autobuses-, que ha sufrido algún accidente de tráfico y ha recibido múltiples multas -especialmente por aparcamiento indebido- en los tres últimos años y que vive en La Rioja, Comunidad Valenciana y Madrid.
Educación vial deficiente
"Nuestros conductores no es que conduzcan mal, es que se les ha enseñado a conducir mal", apunta Josep María Aragall en declaraciones al mismo medio. "En España te enseñan a responder un test. ¿Por qué algo tan importante como el carné de conducir tiene que depender de instituciones privadas, que, al fin y al cabo, buscan el beneficio?".
La obtención gradual del permiso de conducir es una de las medidas que más ha cuajado en muchos países desarrollados. En Alemania, para obtener el clase 1 es necesario tener dos años de permiso y haber conducido un mínimo de 4.000 kilómetros. En este mismo país existen ciertos tramos de la red de autopistas sin límites de velocidad. "Lo más ejemplarizante de los alemanes es que en las zonas donde la velocidad está limitada, el grado de cumplimiento es infinitamente mayor del que hay en España", apunta Francisco Alonso.
