Para el Principado, al final se está hablando sólo de dividir Feve y convertir sus partes en una subdirección general del Adif para gestionar las infraestructuras, y en otra de Renfe, para gestionar las líneas de viajeros.
El Gobierno asturiano entiende que la verdadera reforma estructural ferroviaria tiene que orientarse, además de reducir costes operativos, a estos tres objetivos:
- Favorecer la competitividad del sistema español de transportes, teniendo presenta que el ferrocarril es una pieza esencial en un sistema intermodal que complemente la carretera, los aeropuertos y los puertos.
- Poner fin a los monopolios de Renfe con la apertura a la competencia del ferrocarril, en aplicación de las directivas ferroviarias europeas, que le permitir alcanzar porcentaje de participación en el transporte de mercancías que nos aproximen a los estándares europeos.
- Apostar definitivamente por la integración plena en la red europea con la aceleración de la transformación al ancho europeo de toda la red ferroviaria básica española, para favorecer la incorporación real de nuestros proyectos de infraestructuras en los planes de la Unión Europea para las Redes Transeuropeas de Transporte, TEN-T, que nos permitan acceder a nuevas líneas de financiación a las que ahora no podemos aspirar si no avanzamos en la misma dirección en la que ellos trabajan.
