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NUEVO TÍTULO DE VIAJE

La Comunidad de Madrid pone en marcha la nueva ‘tarjeta transporte público’ sin contacto de 30 días

Ya pueden solicitarla los usuarios del Abono Joven de la Zona A y, posteriormente, se irá extendiendo al resto

lunes 14 de mayo de 2012, 01:00h

La Comunidad de Madrid ha estrenado este mes de mayo la nueva ‘tarjeta transporte público’, que irá sustituyendo paulatinamente a los actuales billetes de banda magnética y que ofrece numerosas ventajas para los viajeros. Los primeros beneficiados serán los usuarios del Abono Joven de la zona A.

En la actualidad disponen del abono joven correspondiente a esta zona más de 100.000 usuarios. La novedad más importante que se introduce con el inicio de su implantación es que por primera vez el periodo de validez será de 30 días naturales que el usuario decidirá cuando empezar a consumir, sin que tenga que coincidir con un mes natural. Esto permitirá a los usuarios planificar su compra de acuerdo con sus necesidades, lo que repercutirá en un importante ahorro económico, según destacan desde la Comunidad de Madrid.

Se trata de una tarjeta personal e intransferible, que permite el acceso a los distintos modos de transporte mediante su aproximación al lector señalizado con la imagen de la tarjeta, sin necesidad de que se produzca contacto, lo que supone un importante avance en rapidez y comodidad para los usuarios y contribuye a mejorar la velocidad comercial de los autobuses. En esta primera fase, podrán solicitar la nueva tarjeta tanto quienes ya son usuarios del Abono Transportes Joven de la zona A, a los que se les sustituirá gratuitamente si lo solicitan antes del 31 de julio, como los nuevos usuarios, que adquirirán la tarjeta sin contacto directamente. La tarjeta para estos nuevos usuarios tendrá un coste de cuatro euros.

Una vez que el usuario haya obtenido la tarjeta, podrá cargarla en las máquinas expendedoras de billetes habilitadas para ello en numerosas estaciones de Metro, las cuales estarán debidamente identificadas. Una vez realizada la carga, el usuario tendrá diez días para comenzar a utilizarla, comenzando a contar los 30 días de utilización desde la primera validación.

Además de la comodidad de acceso, la flexibilidad y el ahorro económico, la 'tarjeta transporte público' ofrece importantes ventajas en materia de seguridad. Por ejemplo, ya no se borrarán los datos al entrar en contacto con teléfonos móviles o cualquier otro campo magnético como ocurría con el abono con banda magnética. Además, integra toda la información en un servidor centralizado, de manera que si un usuario denuncia su desaparición por pérdida o robo, se anula esta tarjeta y se emite una nueva, evitando así posibles usos fraudulentos, permitiendo al usuario recuperar el contenido de la tarjeta desaparecida. En este sentido, cabe destacar que aunque la tarjeta sin contacto ya funciona en otras ciudades europeas como Londres o París, en Madrid se ha desarrollado una tecnología única que la convierte en la más segura de Europa. De este modo, el chip que se ha incorporado en estas tarjetas está protegido ante posibles ataques de hackers, lo que impide, por ejemplo, su duplicación y garantiza la protección de los datos de los usuarios.

En una primera fase, que se inicia ahora tras haber superado con éxito las pruebas piloto realizadas con usuarios reales por el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, la nueva tarjeta irá sustituyendo paulatinamente a los abonos transporte con banda magnética, que utilizan dos de cada tres usuarios del transporte público. Más adelante continuará extendiéndose al resto de los títulos hasta que desaparezca definitivamente la tecnología magnética. Antes de que acabe el año el nuevo sistema se habrá extendido también a los usuarios de Abono Transportes normal de la zona A, que suman cerca de 400.000 usuarios. A partir del año que viene continuará extendiéndose al resto de abonos.

150.000 kilos de papel menos

Esta iniciativa no sólo supondrá un ahorro económico y mayor comodidad para el usuario, sino que, además, su puesta en marcha permitirá ahorrar más de 150.000 kilos de papel en los próximos cinco años y un 30% en los costes de operación y mantenimiento de los tornos, al tratarse de una tarjeta sin contacto.