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Hyster Europe celebra dos jornadas de puertas abiertas en su fábrica de Craigavon, Irlanda del Norte

viernes 25 de mayo de 2012, 01:00h

Hyster Europe organizó el pasado 25 y 26 de abril dos jornadas de puertas abiertas en la factoría de su matriz, Nacco Materials Handling Group (NMHG), situada en Craigavon (Irlanda del Norte). Su objetivo fue mostrar a profesionales del sector cuáles están siendo las líneas de investigación y su filosofía de trabajo para sus futuros productos y soluciones de manutención.

La jornada, titulada ‘From Promise to Proof’, estuvo presentada por Kate Pointeau, director de Marca de Hyster Europe; Alan Little, gerente de la planta; Ralf Mock, director gerente de NMHG en EMEA; Carole Stalker, manufacturing quality process manager, e Ian Melhuish, vicepresidente de Marketing EMEA.

A los visitantes se les planteó pregunta clave: ¿es mejor el producto eléctrico que el térmico? Para intentar darle respuesta se comparó la última generación de carretillas diésel (laH2.5FT Fortens) en contraposición al antiguo modelo de la marca. En un ciclo de pruebas VDI (estándar que mide y compra el rendimiento) la nueva Fortens redujo el consumo de combustible en hasta 0,5 litros por hora, aumentando también el número de palets movidos. Este ahorro se ha conseguido con nuevas tecnologías como hidráulicos con detección de carga y la configuración ECO-eLo, que reduce la velocidad de régimen del motor en un 20%.

Pero la prueba definitiva fue poner frente a frente una carretilla elevadora eléctrica J2.5XN junto a una diésel H2.5FT Fortens. Las conclusiones fueron que la carretilla eléctrica tenía unos niveles de productividad (movimiento de palets) muy próximo a los de su hermana diésel, lo que permite satisfacer requisitos de productividad muy amplios. Esa ligera ventaja de los equipos diésel se debe a un mayor grado de respuesta y a su mayor capacidad de aceleración, la cual fácilmente será alcanzada por los equipos eléctricos en breve plazo, aseguran desde la compañía.

Las razones principales por las que las empresas suelen cambiar a productos con tecnología eléctrica son: reducir emisiones, reducir ruidos y reducir costes de ciclo de vida. De hecho, las aplicaciones de simulaciones de costes de la compañía estiman que el cambio a equipos eléctricos puede suponer un ahorro de dinero anual a pesar de los gasto iniciales mayores. Aunque, dependiendo de la aplicación y operativa sigue siendo muy amplio el mercado potencial de los equipos diésel, la migración hacia la tecnología eléctrica en continua mejora, es imparable, concluyeron desde la empresa.