Los manifestantes reclamaron "más inversión en contratación y menos en ‘megasueldos’ y ‘megapensiones de directivos’", según Josep Garganté, uno de los representantes de CGT, sindicato convocante de la movilización, que señaló al alcalde de la ciudad condal, Jordi Hereu, como máximo responsable del conflicto.
Cuando se inició el lanzamiento de huevos, se produjo la llegada de los Mossos, aunque no fue necesaria su intervención, pues la congregación se dispersó de forma pacífica poco después. En cualquier caso, esta segunda jornada de huelga se desarrolló con normalidad, y con el cumplimiento bastante ajustado de los servicios mínimos concertados previamente.
El lunes, menos paz
No sucedió lo mismo el día anterior, jornada en la que comenzaba la huelga, pues según denuncia el sindicato CGT, la madrugada del domingo al lunes, "TMB, por medio de los Mossos d’Esquadra, ha cometido una vulneración del derecho de huelga, impidiendo al Comité su labor de vigilancia", pues cuando los piquetes se concentraban durante la madrugada en las cocheras "para comprobar que todo estaba en orden y que se cumplían los servicios mínimos", en algunos enclaves "se ha impedido la entrada del Comité de Huelga avisando a los Mossos d’Esquadra, que cargaron contra los militantes de CGT". Uno de los trabajadores resultó detenido.
Los conductores de autobús de Barcelona tienen convocada en huelga todos los días de esta semana, hasta el próximo viernes, y todos los jueves de forma indefinida. Los servicios mínimos se han fijado en el 50% para las horas punta, de 6.30 a 9.30 horas y de 17 a 20 horas. Durante las horas ‘valle’, se deberá mantener el 25% del servicio para aquellas líneas sin transporte alternativo (9, 11, 13, 21, 24, 63, 65, 92, 95, 109, 157 y 193), intentando respetar una frecuencia máxima entre vehículos de 30 minutos.