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Bilbao, Córdoba, Oviedo y Zaragoza presentan las peores notas de accesibilidad en el servicio de autobús, según estudio

En el 22% de las paradas de autobuses visitadas no había espacio suficiente para la silla de ruedas

jueves 12 de julio de 2012, 01:00h

Bilbao, Córdoba, Oviedo y Zaragoza han presentado las peores notas en cuanto a la accesibilidad del transporte público para personas con discapacidad, asegura un estudio de Eroski Consumer. En una de cada cuatro paradas de autobús se hallaron obstáculos para el acceso al transporte.

Teniendo en cuenta que un 6% de la población padece algún tipo de discapacidad que afecta a su movilidad, Eroski Consumer ha querido comprobar si este colectivo de personas puede desplazarse en autobús. Para ello, ha hecho elegido líneas al azar en 18 capitales del país: A Coruña Alicante, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Córdoba, Granada, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona, San Sebastián, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza.

Así, concluye, entre otras cosas, que las mejores calificaciones las han tenido Alicante, Cádiz, Granada, Málaga, Pamplona, San Sebastián y Vitoria con un ‘muy bien’, mientras que A Coruña, Barcelona, Madrid, Murcia, Sevilla, Valencia y Valladolid, obtuvieron un ‘bien’. Las peores notas se han quedado en Bilbao, Córdoba, Oviedo y Zaragoza con un ‘aceptable’, "aunque no hubo ningún suspenso", asegura el estudio.
 
Las paradas son las más afectadas

"La accesibilidad del servicio debe comenzar en las paradas”, indica, comprobando que en el 22% de las que se visitaron no había espacio suficiente para la silla de ruedas (en la de Alicante, Bilbao, Cádiz y Valencia), o que en una de cada cuatro se hallaron obstáculos. Así, pone por ejemplo que en A Coruña había coches aparcados, en la ciudad bilbaína un árbol estaba demasiado cerca de la marquesina, en la gaditana había bancos y en la ovetense, faltaban adoquines y había un agujero peligroso. “Aun así, en todas las ciudades, el pavimento de las paradas era estable y sin gravilla, arena o tierra suelta".
 
El estudio también indica que en algunos buses de Murcia y Valladolid no llevaban las pegatinas que indicaran que estuviesen adaptados. Asimismo, destaca que todos contaban con la plataforma elevadora, rampa o piso bajo, aunque en Bilbao se atascó al principio. En Córdoba, también funcionaba, pero la rampa tenía una pendiente muy pronunciada, explica.

A la hora de acceder al autobús, el estudio ha comprobado que las puertas de todos los vehículos analizados eran lo suficientemente anchas (con una anchura de al menos un metro). "Aun así, cancelar o pagar el billete se convertía en una odisea si no había un acompañante en Bilbao, Cádiz, Córdoba, Granada, Madrid, Sevilla, Valencia y Zaragoza". En estos casos, la máquina canceladora se encontraba junto al conductor, es decir, lejos de donde accedía la persona con dificultades de movilidad. "En la parte positiva cabe destacar que en todos los urbanos había una zona adaptada para personas con silla de ruedas".