La presentación de dicho informe está motivada por la reciente publicación del borrador de la reforma del Reglamento de Circulación (RD 1428/2003, de 21 de noviembre) que incide especialmente en la reducción de los límites genéricos de velocidad, tanto en el ámbito urbano como en el interurbano, por ser estas vías donde tienen lugar tres cuartas partes de los accidentes con víctimas.
Ahora bien, según el citado informe, los accidentes con implicación de autobuses y autocares solo representan un 2% del total de los accidentes que se producen en las vías de España. Un porcentaje que se reduce al 1% en los accidentes con víctimas ocurridos en vías interurbanas.
La velocidad, como causa coadyuvante en el desencadenamiento del accidente, aparece en menor proporción en aquellos con víctimas, producidos en trayectos interurbanos y en los que hay implicado un autobús o autocar que en los interurbanos totales. Además, la presunta infracción sobre la velocidad se identifica únicamente en el 7,1% de los conductores de autobuses y autocares implicados en este tipo de accidentes, mientras que aparece en el 26,1% de los casos.
Si se tiene en cuenta que dos de cada tres viajes colectivos se hacen en autobús, a la luz de estos datos, la posible reducción de los límites genéricos de velocidad afectará especialmente al tránsito de autobuses y autocares en carreteras convencionales y convencionales con plataforma inferior a 6,5 metros de altura, que tienen establecido por ley una reducción de 10 km/h sobre el límite genérico.
Posible incremento de adelantamientos inseguros
Asimismo, según Rafael Barbadillo, presidente de la Federación Española Empresarial de Transporte de Viajeros (Asintra), "la disminución propuesta puede incrementar el número de adelantamientos inseguros". Por lo que "establecer vehículos que irían más lentos podría afectar a la seguridad".
"Si la primera condición de un transporte público es la seguridad, la segunda es la rapidez", ha recalcado el presidente de la Federación Nacional de Transporte en Autobús (Fenebus), Juan Calvo, quien además ha señalado que "al aumentar el tiempo de marcha, también se va a aumentar el consumo de combustible y, por consiguiente, las emisiones de CO2".
Así pues, el estudio concluye que "el factor velocidad está teniendo, en general, una influencia reducida en la ocurrencia de accidentes con algún autobús o autocar implicado y en el número de víctimas producidas en ellos". Por este motivo, Fenebus y Asintra solicitan a la DGT la ampliación del límite de velocidad en un 10%, lo que llevaría a un efectivo, seguro y bien formado servicio de autobuses a ofrecer un servicio de mayor calidad.
