La medida se aprobó por un total de 53 votos a favor, cuatro en contra y tres abstenciones y en el paquete no sólo se contempla limitar las emisiones de cara a 2020, sino que también se incluyeron metas más ambiciosas y a largo plazo, como limitar la velocidad máxima de las furgonetas electrónicamente a 120km/h o introducir un nuevo plazo de reducción de emisiones para 2025.
De tal manera, si el proyecto siguiera adelante tal y como está, según ha concretado la Comisión de Medio Ambiente, los fabricantes registrados en la UE que produzcan más de 1.000 vehículos ligeros al año no sólo quedarían obligados a vender los nuevos vehículos con emisiones limitadas a partir de 2020, sino que hasta entonces deberían fabricar un número suficiente de furgonetas más limpias que cumplieran con la normativa y que equilibraran el parqué antes del año 2020. O, en su defecto, afrontar sanciones.
El eurodiputado alemán Holgel Krahmer, el hombre de la Comisión designado para iniciar las negociaciones con el Consejo, se mostró satisfecho por haber alcanzado un acuerdo sobre un tema que alarga desde hace tres años. Krahmer también se mostró comprensivo con los fabricantes y trató de tranquilizarlos al afirmar que "las llamadas para conseguir objetivos más ambiciosos deben ser rechazadas. Si cambiamos objetivos muy a menudo", comentó Krahmer, "los fabricantes carecen de certeza en cuanto a la ley".
"Super-Créditos"
Para equilibrar y facilitar la entrada de este sistema, el proyecto del Parlamento ofrece un método de equivalencias que incluye ponderaciones y que ha sido calificado de "Super-Credito". Mediante este sistema, los fabricantes podrían usar estos 'créditos' que asignan ponderaciones favorables a las furgonetas que emitan menos de 50g por kilómetro. Cada uno de estos vehículos limpios darían la posibilidad de fabricar 3,5 furgonetas 'normales' a partir de 2014 y 1,3 entre 2018 y 2023. Sin embargo, para llevar a cabo la ponderación sólo se tendrían en cuenta un 1% de los vehículos fabricados por cada fabricante.
Junto a esta medida, los eurodiputados votaron una enmienda por la que se intentará reducir la velocidad máxima que pueden alcanzar las furgonetas en 120km/h., aunque no parece que la medida prospere, pues, tal y como indicó Krahmer, las normas de tráfico no son competencia de la UE sino de los Estados miebros. El paquete también invita a modificar los procedimientos para evaluar la eficiencia medioambiental de los vehículos, ya que los test actuales han mostrado que la eficacia alcanzada en las pruebas es mayor que durante la conducción diaria. De tal manera, los eurodiputados han instado a adoptar el método WLTP definido por la ONU como muy tarde en 2017.
