La flota de prueba se compuso de 12 vehículos (tanto rígidos como tractoras), ocho de la gama K (para trabajos más complicados) con motores de 11 y 13 litros y potencias entre 380 y 520 CV, y cuatro de la gama C para entrega de materiales (uno de ellos con la cabina de 2,3 m), con motores de 8, 11 y 13 litros y potencias entre 320 y 520 CV.
La gama K se ha construido bajo la premisa de la robustez. Por eso, presenta un paragolpes con las esquinas en acero, rejillas protegiendo los faros y refuerzo en el chasis. Sorprende sus 32º de ángulo de ataque y los escasos nueve metros de radio de giro. También los materiales interiores se han mejorado para que sean más duraderos.
Por su parte, la gama C apuesta por una reducción de tara para elevar la carga útil del conjunto. Incluso se ha desarrollado una versión especial que apenas supera un peso en vacío de 9,1 toneladas. La marca ha querido conceder el mismo estándar de confort a esta gama que a la T, por lo que adopta elementos como la suspensión de la cabina, los asientos Recaro, el volante multifunción y ajustable y un reparto más ergonómico de las botoneras. También ‘hereda’ el freno de estacionamiento automático y el botón de asistencia 24/7 en el salpicadero, entre otros componentes. En el caso de la cabina 2,5, se anuncia la llegada de versiones Optitrack (tracción hidrostática en el eje delantero) para el año que viene.
Todas las gamas se propulsan con tres nuevos motores Euro 6, de 8, 11 y 13 litros, aunque el primero solo se destina a la gama C con cabina 2,3. Todos los vehículos montan de serie la caja robotizada Optidriver, muy mejorada y con mapa off-road, aunque es posible solicitar cambios manuales de distintos fabricantes y relaciones, según el modelo de camión y su uso previsto. Como ejemplo de las prestaciones de este cambio, al engranar manualmente la marcha atrás y la primera de manera alternativa y en muy poco intervalo de tiempo, se produce un efecto balanceo de gran ayuda para la salida de terrenos con mucho barro.
Ayuda a la conducción
Una de las principales novedades de Renault Trucks para la construcción es un acelerador manual, de serie en ambas gamas con los motores de 11 y 13 litros. Accionando un botón en el salpicadero, el vehículo circula, tanto en subidas como en bajadas, a una velocidad constante que se puede regular en cada momento, también por medio de botones. Es como un control de crucero pero a bajas velocidades, que a diferencia del habitual de carretera, puede funcionar incluso cuando el retarder se encuentra en posición automática.
A toda la oferta de camiones se suma la de servicios complementarios, tanto desde la óptica del Optifuel Program como del Optifleet, más enfocado a la gestión por parte de la compañía (con el preequipamiento incorporado de serie al vehículo). Sobre todo, se mejora la comunicación entre la base y conductor y la información sobre el uso del vehículo, a fin de corregir posibles malas prácticas sobre la marcha.
