La actividad de BlaBlaCar supone un grave daño al Sector del autobús, que genera 88.000 empleos directos, mueve 1.200 millones de viajeros al año y genera unos ingresos para la Hacienda Pública de 942 millones de euros.
La Confederación Española de Transporte en Autobús (Confebus) interpuso una demanda ante el Juzgado de lo Mercantil en mayo contra BlaBlaCar basada en la ilegalidad de su actividad y por constituir "un caso de competencia desleal".
Además, se incumplen varios artículos de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, como la intermediación en el mercado de transporte sin licencia (gestionar el cobro del servicio mediante tarjeta de crédito, cobrar un 10% más por la intermediación o que el precio no varíe en función de la ocupación del vehículo) o transportar personas en un vehículo particular.
Aunque Confebus respeta la decisión del Juzgado al no concederles la cautelar, quieren recalcar que el proceso judicial no se paraliza, sino que "sigue adelante" ya que la actividad de BlaBlaCar está perjudicando gravemente al sector. El transporte por carretera de viajeros en autobús genera 88.000 empleos directos y además une de forma regular a más de 8.000 poblaciones.
El estudio de Confebus
La Confederación presentó un estudio exhaustivo, realizado desde 2014, sobre los resultados de la actividad de BlaBlaCar en las carreteras españolas. Gracias a este quedó patente que, por ejemplo, en un trayecto entre Madrid y Valencia, de las 780 plazas que oferta un autocar de línea, BlaBlaCar dispone otras 344 lo que supone un 44% de la oferta. Lo mismo ocurre en otros trayectos entre la capital de España y Murcia (39%), Alicante (53%) o Santander (29%).
Confebus quiere dejar claro que no se opone a que se compartan vehículos particulares, ya que es un fenómeno que siempre ha ocurrido, pero quiere remarcar que las normas deben ser iguales para todos. Y, además, considera que la actividad de BlaBlaCar no se realiza bajo la "economía colaborativa", sino que está poniendo en práctica el transporte de personas en vehículos particulares con intermediación en la contratación del transporte, sin someterse a la regulación, sin contribuir a la economía y creando una competencia desleal.
Por último, el estudio arrojaba otra serie de datos como que el autobús es 21 veces más seguro que el coche, tres veces más eficiente en términos de viajero/kilómetro, que dispone de conexión Wi-Fi, sistemas de seguridad pasiva y activa y tacógrafos que registran el descanso de los conductores, los cuales disponen de una mayor formación.
