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Una ventaja crucial es que se puede seguir utilizando la red actual de estaciones de servicio.
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Una ventaja crucial es que se puede seguir utilizando la red actual de estaciones de servicio.

Vehículos neutros en carbono, los combustibles sintéticos transforman el CO2 en materia prima

Un estudio de Bosch destaca su gran potencial para la reducción de emisiones de CO2

viernes 01 de septiembre de 2017, 07:00h
Hasta hace poco, un motor de combustión libre de emisiones de carbono era algo inimaginable. Ahora, puede convertirse pronto en realidad. El secreto reside en los combustibles sintéticos o neutros en carbono, cuyo proceso de fabricación captura CO2. De esta manera, este gas de efecto invernadero se convierte en materia prima, a partir de la cual se puede producir gasolina, diésel y un sustituto del gas natural con la ayuda de electricidad procedente de fuentes de energía renovable. "Los combustibles sintéticos pueden hacer que los vehículos de gasolina y diésel sean neutros en carbono y, por lo tanto, que contribuyan significativamente a limitar el calentamiento global", dice Volkmar Denner.

Debido a que los combustibles sintéticos son compatibles con la infraestructura existente y con los actuales motores, lograr un alto grado de penetración en el mercado requeriría mucho menos tiempo que electrificar la flota de vehículos existente

Denner es el presidente del Consejo de Administración de Robert Bosch GmbH. Los expertos de Bosch han cifrado, incluso, la contribución que podría aportar, tan sólo, la flota europea de automóviles. Así, para 2050, el uso de combustibles sintéticos empleados como complemento a la electrificación podría ahorrar hasta 2,8 gigatoneladas de CO2 o, lo que es lo mismo, 2.800.000.000.000 de kg. Esto equivale a tres veces las emisiones de dióxido de carbono que Alemania produjo en 2016.

Más allá de las fronteras de Europa, la reducción de emisiones procedentes del tráfico rodado se presenta como un tema urgente. Si se quieren alcanzar los objetivos climáticos fijados en la conferencia de París, las emisiones mundiales de CO2 procedentes del tráfico tendrán que reducirse en un 50% en las próximas cuatro décadas, al menos el 85% en las economías avanzadas. "Alcanzar nuestros futuros objetivos climáticos requiere otras soluciones inteligentes más allá de la electromovilidad", asegura Denner. Después de todo, incluso si algún día todos los coches llegaran a ser eléctricos, los aviones, los barcos, e incluso los vehículos pesados seguirían funcionando principalmente con combustible. Los motores de combustión neutros en carbono que funcionan con combustibles sintéticos representan, por lo tanto, un camino muy prometedor a explorar, también para los vehículos turismos. Además, los combustibles sintéticos se pueden diseñar para ser quemados prácticamente sin hollín. De esta manera, se podría reducir el coste del tratamiento de los gases de escape.

Otra ventaja crucial es que se puede seguir utilizando la red actual de estaciones de servicio. Lo mismo se aplica a la experiencia existente en el motor de combustión. Por otra parte, aunque los coches eléctricos reducirán significativamente su precio en los próximos años, el desarrollo de estos combustibles podría ser rentable. Bosch ha calculado que hasta los 160.000 kilómetros, el coste total de un híbrido que funcione con combustible sintético podría ser menor que el de un coche eléctrico de gran autonomía, dependiendo del tipo de energía renovable utilizada.

Una nueva oportunidad para estaciones de servicio y vehículos viejos

Desde el punto de vista técnico, ya es posible fabricar combustibles sintéticos. Si la electricidad utilizada se generase a partir de energías renovables (y por lo tanto libres de CO2), estos combustibles serían neutros en carbono y muy versátiles. El hidrógeno (H2) que se produce inicialmente puede utilizarse para alimentar las pilas de combustible, mientras que los combustibles creados a partir de un procesamiento adicional, podrían utilizarse para mover motores de combustión o turbinas de aviones.

Actualmente, se están llevando a cabo proyectos piloto para comercializar diésel, gasolina y gas sintético en Noruega y Alemania. Además, debido a que los combustibles sintéticos son compatibles con la infraestructura existente y con los actuales motores, lograr un alto grado de penetración en el mercado requeriría mucho menos tiempo que electrificar la flota de vehículos existente. Tampoco cambiará nada para los conductores de vehículos antiguos ya que, incluso los coches clásicos seguirán funcionando con gasolina sintética, puesto que en términos de estructura química y de propiedades fundamentales, sigue siendo gasolina.