Lunas de emergencia y ventanillas con serios daños. Este es el balance de los disparos recibidos el pasado lunes por uno de los vehículos urbanos de la capital salmantina, concretamente a su paso por el barrio de Chamberí. Según los primeros datos manejados por la Policía, un grupo de jóvenes se dedica a entorpecer el trabajo de los autobuses, utilizando distintas prácticas que desquician a los conductores, que se quejan de la inseguridad y de su indefensión, argumentando que, de ocurrir un accidente, la responsabilidad recaería sobre ellos. La solución podría estribar en un aumento de presencia policial en la zona.