La primera de las modificaciones responderá a la ampliación del servicio de la línea 36, la del microbús que comunica las zonas de San Roque y Aldakonea y a ambas con el centro de la ciudad. A partir de ahora, este microbús contará con un servicio cada veinte minutos, diez menos que en estos momentos, en los que el vehículo pasa cada media hora.
El resto de los cambios preparados por la CTSS se pondrán en marcha en septiembre, como la ampliación de las líneas 23 y 32, así como su fusión con la línea 29 de Intxaurrondo Sur. Las líneas 23 y 32 llegarán hasta la plaza Gipúzcoa, para lo que se creará la nueva línea 29, una de las más largas de la ciudad y que cubrirá el recorrido Intxaurrondo-Amara-Puio-Errondo. Tendrá una frecuencia de quince minutos y dos recorridos alternativos cada media hora. Otra nueva línea será la que una la Altza-Hospitales, con el fin de responder a una persistente reivindicación del barrio. Asimismo, entre otras muchas modificaciones previstas para las líneas de DonostiaBus, se tratará de incrementará las frecuencias para reforzar el servicio a la Universidad.
Potenciar el servicio nocturno
De igual modo, otro de los asuntos a tratar en el consejo del próximo lunes será la reordenación de los servicios nocturnos para mejorar la atención a todos los barrios. Según datos facilitados por el vicepresidente de la CTSS, Ernesto Gasco, la línea más utilizada por quienes utilizan los servicios nocturnos es la que llega hasta Bidebieta y Altza, con 47.148 viajeros, seguida por la Venta Berri-Añorga, con 38.533. "Está claro que la tendencia es utilizar el autobús cuando se vuelve a casa por la noche, sobre todo entre la gente joven, y ésa es una medida que vamos a potenciar", subraya Gasco.