Muchos de los trabajadores del Sector viajaron hasta la capital británica desde distintos puntos del país. Además, se ha convocado otra protesta similar, en Cardiff (Gales).
Los manifestantes se concentraron al mediodía en Marble Arch, en el centro de Londres, antes de dirigirse hasta el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, Gordon Brown, para hacerle entrega de una misiva.
"El Gobierno se lleva en impuestos el 60% del coste del combustible. Los autobuses reciben casi todo a través de devoluciones y nosotros queremos que el Gobierno introduzca una devolución esencial para ayudar a los camioneros e impedir que se queden sin trabajo", explicó a los medios británicos Peter Carroll, propietario de la empresa de transporte de mercancías Seymour Transport. Carroll añadió que los conductores reconocen que el Gobierno no puede controlar el precio del petróleo, pero puede introducir algún tipo de descuento por cada litro de combustible.