El sistema, conocido como etilómetros de interrupción del encendido o 'alcolock', consiste en un tubo que va conectado al mecanismo de arranque, de tal modo que el conductor tiene que soplar cada vez que se dispone a conducir y, si supera el nivel de alcohol permitido en aire, el dispositivo le impide arrancar.
Según recoge la propuesta socialista, este tipo de etilómetros han sido probados ya con "resultados satisfactorios" en EEUU, Canadá, Australia, Suecia, Finlandia, Gran Bretaña y Alemania, lo que podría propiciar su extensión como "un elemento más de la política de seguridad vial".
De prosperar la propuesta socialista, Espaa seguiría los pasos de Francia, ya que el país vecino aprobó en la última reunión de la Comisión Interministerial de Seguridad Vial, celebrada el pasado 13 de febrero, la obligatoriedad de que todos los autobuses dedicados al transporte escolar sean equipados con este sistema a partir del curso escolar 2009/2010.