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EMT Valencia tendrá a prueba un autobús eléctrico hasta finales de julio

A lo largo de un mes y medio la empresa testará el vehículo en diferentes líneas para conocer su viabilidad y prestaciones

lunes 27 de junio de 2016, 07:00h
El autobús eléctrico de EMT Valencia a las puertas del ayuntamiento
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El autobús eléctrico de EMT Valencia a las puertas del ayuntamiento
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia, en su apuesta por la sostenibilidad y el máximo respeto al Medio Ambiente, ha llegado a un acuerdo con la empresa Irizar para probar uno de sus autobuses eléctricos durante un mes y medio. De hecho, desde el pasado miércoles 22 de junio el vehículo se ha incorporado a las líneas regulares de la EMT donde será testado para ver su rendimiento en el servicio regular.

El presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi ha recordado que “es la primera vez que la EMT prueba un autobús eléctrico” y ha puesto énfasis en que “ahora estamos intentando recuperar el tiempo perdido tras años en los que no se potenciaba el transporte público”.

Es la primera vez que la EMT tiene a prueba un autobús de estas características

Por su parte el director-gerente de la EMT, Josep Enric Garcia, ha señalado que una de sus prioridades es renovar la flota y hacerlo con la tecnología que sea lo menos dañina para el Medio Ambiente. “Estamos haciendo números sobre lo que nos costaría incluir algún autobús eléctrico o híbrido en la renovación de flota que, tras años en las que no se hacía, volveremos a realizar el año que viene”, ha indicado.

Características del modelo

El autobús es el modelo Irizar i2e, 100% eléctrico, de 12 metros y con tres puertas dobles. Asimismo supera la homologación R107 en el apartado de accesibilidad para personas de movilidad reducida (posibilidad de rampa manual y eléctrica) y cumple con las mayores exigencias en seguridad activa y pasiva.

Con una huella de carbono muy reducida de 8,45 gr CO2 eq/km.p., (kilómetro recorrido y pasajero), el Irizar i2e evita la emisión de unas 800 toneladas de CO2 a lo largo de toda su vida útil en comparación con un autobús convencional.

Las únicas emisiones de gases de efecto invernadero que emite son indirectas, debidas a la obtención de materias primas y la electricidad consumida en la carga de las baterías, así como al tratamiento en el fin de vida útil del vehículo.