Los restos de alimentos y otros desechos orgánicos se utilizan para producir biogás, bioetanol y biodiésel. El combustible producido localmente ofrece mejores soluciones medioambientales, y autobuses y camiones más limpios y con menos emisiones a escala global. Esto se traduce no solo en un transporte atractivo, si no también en menos vertederos, menores emisiones de CO2 y menor uso de combustibles fósiles. Mejorando así el medioambiente y la salud, creando empleos locales y reduciendo el cambio climático.
Por ello Scania apuesta por soluciones que utilizan, con tecnología comprobada, combustibles provenientes de los residuos, ayudando a abordar el desarío de los desechos, la energía y las emisiones en las ciudades.