Y los primeros resultados fueron desvelados el pasado día 4 de noviembre en la sede de la CEOE, en una jornada que sirvió para conocer el borrador del mencionado Plan y las conclusiones de la primera fase del ‘Estudio de Viabilidad para el desarrollo de Soluciones Logísticas para la distribución urbana de mercancías con vehículos limpios en la ciudad de Madrid’. Este estudio, llevado a cabo por CITET, pretende consolidarse como hoja de ruta a la hora de mejorar la distribución de la última milla en la ciudad.
Para ello, se ha cumplido la primera fase de un ambicioso proyecto, la de identificación. “Queremos saber quién es quién en la distribución urbana madrileña, las empresas que la llevan a cabo, con qué vehículos, en qué puntos, dónde descargan, qué tiempo tardan… Solo así, agrupando sectores afines, podremos ir articulando soluciones específicas para cada necesidad”, afirmó Ramón García, director gerente de CITET.
Las propuestas de esta primera fase del Estudio indican, entre otras, la necesidad de identificar a los vehículos, para controlar mejor sus operaciones y tiempos o fomentar la colaboración entre transportista y cargador
La jornada comenzó con las palabras de Miguel Garrido, secretario general de los empresarios madrileños (CEIM), quien apuntó “el gran potencial de crecimiento que tiene Madrid, pero siempre de manera sostenible y saludable”. A continuación, Almudena del Rosal, subdirectora general de Energía y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid, destacó “la colaboración pública y privada” para la elaboración del Estudio, algo en lo abundó Fernando Rodríguez Sousa, presidente de CITET: “Este espíritu de cooperación nos permitirá encontrar soluciones a la distribución en la ‘última milla’, que ya es clave para las ciudades y lo será más con el auge del comercio electrónico”.
Rafael Borges, de la Universidad Politécnica de Madrid y responsable del Inventario de emisiones contaminantes a la atmósfera del consistorio madrileño, desgranó la incidencia del transporte en la calidad del aire. Su primer dato fue duro de encajar: “la contaminación genera 3,7 millones de fallecimientos prematuros anuales, y la mayoría se producen en zonas urbanas. Se ha mejorado, pero aún queda mucho por hacer en las ciudades de Europa”.
Un tercio de las emisiones de NOx, el 30% de las del CO2 y el 20% de las de partículas proceden del transporte, datos que en Madrid alcanzan el 50% en NOx y partículas. Y, según Borges, aunque el 80% de dichas emisiones atribuidas al transporte corresponde a los turismos, “los vehículos comerciales e industriales también tienen su incidencia, pues recorren tres millones de km/día en la capital”. A esto habría que añadir “su elevada edad media (por encima de los 10 años) y sus consiguientes altas emisiones, el potencial de mejora es considerable”, cifrándolo en un 10% teórico en el caso de que todos los vehículos circularan con propulsiones limpias.
Conclusiones
Como conclusiones, se apuntaron la tendencia al alza del número de operaciones (ante la negativa de los establecimiento a disponer de stock y apostar por el flujo tenso), el impacto negativo en el tráfico, insuficientes zonas de carga y descarga, concentración de los horarios de entrega,
deficiencias en la identificación de vehículos dedicados a la distribución urbana de mercancías, dificultad de encontrar datos fiable y también de luchar contra el intrusismo, además de la brecha tecnológica en las cadenas de suministro (diferencia entre el abastecimiento a un bar o a una farmacia).
Por todo ello, las propuestas de esta primera fase del Estudio indican la necesidad de identificar a los vehículos, para controlar mejor sus operaciones y tiempos; definir zonas de carga u descarga con mayor o menor amplitud, en función de la hora del día y los picos de demanda; fomentar la colaboración entre transportista y cargador; los vehículos no contaminantes;
la distribución nocturna y establecimientos de conveniencia para recoger las mercancías adquiridas por comercio electrónico.