En primer lugar, es evidente que el renovado protagonismo de estas formas de propulsión no se entiende sin los objetivos de descarbonización que afectan al mundo del transporte. El debate sobre las fuentes de energía a implementar en los coches del futuro está condicionado por la reducción de las emisiones de CO2, que marca las regulaciones europea y estadounidense. En este sentido, el hidrógeno de interés es el conocido como “hidrógeno verde”, que es aquel que se genera sin emisión de gases nocivos, mediante la electrolisis del agua.
H2: pionero en la propulsión
El primer motor de combustión interna, patentado por Isaac de Rivaz en 1805, funcionaba con hidrógeno.
Antes de entrar en las soluciones propuestas por AVL, es necesario contemplar algunas de las desventajas a las que la compañía busca dar solución. Básicamente, estas se resumen en la dificultad de incorporar el sistema en vehículos con espacio limitado- debido a su baja densidad energética, el hidrógeno ocupa más espacio que otros combustibles- y al elevado TCO (coste total de propiedad). AVL dirige su desarrollo e innovación en base a estas problemáticas.
La pila de combustible de AVL
En cuanto al coste de estos sistemas, si bien las soluciones mediante hidrógeno son múltiples, actualmente las más viables son aquellas relacionadas con motores de combustión interna y pilas de combustible, cuyo limitado volumen de producción impide una reducción en los costes. Sin embargo, AVL prevé que para 2025 los motores de combustión interna mediante hidrógeno tengan un coste de adquisición menor que el diésel. Y, de la misma forma, se espera que para 2030 estos costes sean mucho menores para las pilas de combustible, lo que, unido a su mejora comparativa en términos de eficiencia, también las pongan por delante de los motores diésel. En cuanto al problema del espacio, el desarrollo de la pila de combustible de AVL se gira entorno a la densidad de potencia. Pretenden que la energía disponible sea mayor por cada unidad de volumen.
El mercado de la energía está en constante cambio y ahora existe una mayor variedad de formas de propulsión. Y, entre las posibles formas de propulsión para vehículos cero emisiones, el trabajo de compañías como AVL Ibérica demuestra que el hidrógeno tiene amplias posibilidades de aplicación comercial.
