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La resistencia a la rodadura, ¿clave para el ahorro de combustible?
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La resistencia a la rodadura, ¿clave para el ahorro de combustible?

viernes 07 de octubre de 2022, 07:00h

Continental reduce la resistencia a la rodadura de los neumáticos y, por lo tanto, el consumo de combustible y las emisiones de CO2

El petróleo y sus derivados son conocidos como “oro negro”, y debido a los altos precios del petróleo, la gasolina y el gasóleo se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los consumidores, afectando tanto a particulares como a empresas de transporte y gestoras de flotas. En este contexto, la economía de combustible se ha vuelto más importante que nunca, y esto también se aplica a los neumáticos. De hecho, los neumáticos son un elemento importante del consumo de combustible, por lo que Continental trabaja constantemente para encontrar soluciones que tengan un efecto positivo en el consumo de combustible y las emisiones de CO2.

"La resistencia a la rodadura de un neumático es responsable de hasta el 30% del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 de un camión", explica Hinnerk Kaiser, director de Desarrollo de Productos de Neumáticos para Autobuses y Camiones de Continental.

El secreto en la banda de rodadura

Menor consumo de combustible ¿Rentable o no?

La presión de los neumáticos, la configuración del vehículo, la distribución de la carga, el kilometraje, la tracción y el rendimiento de los neumáticos son criterios importantes para determinar el consumo de combustible y las emisiones de CO2. Sin embargo, el factor más importante e influyente es la resistencia a la rodadura. En este caso, la tarea siempre es resolver el "conflicto de intereses" entre la reducción de la resistencia a la rodadura por un lado y las propiedades relacionadas con la seguridad, como el agarre y el manejo, por el otro.

Con esto en mente, Continental se centró en un compuesto de la banda de rodadura que debería crear una baja fricción sin comprometer el agarre ni el kilometraje. Puede parecer simple, pero está lejos de serlo. Los neumáticos están sujetos a diversas fuerzas durante el viaje. De hecho, la flexión y el desplazamiento de la banda de rodadura y el flanco, así como la constante deformación y retorno de los neumáticos de los vehículos a su forma original, provoca que la energía se convierta en calor en un proceso llamado histéresis.