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'Predecir problemas, superar desafíos y mejorar resultados'

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Las ciudades inteligentes permitirán enriquecer la vida de los residentes, mejorar las infraestructuras y modernizar los servicios

martes 07 de febrero de 2023, 07:00h

La digitalización es algo inherente al desarrollo de la sociedad. Ya no se entiende un futuro sin este componente tecnológico y digital, en ninguna de las acciones cotidianas ni en ninguna actividad económica.

Por eso, el proceso que necesariamente tienen que afrontar las ciudades para convertirse en espacios más sostenibles y mejores para vivir, no puede prescindir del componente digital. Sobre ésta y otras cuestiones disertó hace unos días José Antonio Ondiviela, director de Smart Cities Solutions para Europa Occidental de Microsoft, en unas jornadas organizadas por la EAE Business School Madrid.

A su juicio, “las ciudades inteligentes permitirán enriquecer la vida de los residentes, mejorar las infraestructuras, modernizar los servicios gubernamentales, la accesibilidad, e impulsar la sostenibilidad y acelerar el desarrollo económico”, pero todo ello requiere de la tecnología y las innovaciones disponibles para que el camino sea el correcto en todo momento.

Porque las ciudades de todo el mundo, sobre todo las de mayor tamaño, seguirán creciendo en extensión y en población, lo que provoca “retos y desafíos” constantes. Su recomendación a las Administraciones es que hagan uso de la tecnologías, porque les permitirá “predecir los problemas potenciales, superar los desafíos rápidamente y mejorar los resultados, ofreciendo así mejores experiencias a sus residentes, visitantes y empresas del área urbana”.

Eficiencia cada vez mayor

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, “las ciudades inteligentes están aprovechando las soluciones digitales para impulsar la eficiencia energética, promover prácticas sostenibles de agua y medir y reducir sus emisiones de carbono”, comenta el Ondiviela, poniendo el acento en unos sistemas de transporte que deberán ser “conectados, eficientes y sostenibles”, máxime cuando el transporte público será la opción casi única de acceso a los centros de las grandes ciudades, y el de ‘última milla’ se verá en la obligación de incrementar su eficiencia en las entregas y reducir las fallidas.