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Compartir más de media vida trabajando en la EMT de Madrid (II)

Alfredo (izquierda) y Luis, en el Centro de Control de la EMT de Madrid
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Alfredo (izquierda) y Luis, en el Centro de Control de la EMT de Madrid
jueves 29 de diciembre de 2022, 07:00h

La EMT de Madrid acaba de cumplir 75 años de historia. Y casi la mitad de toda esa historia la han vivido, en primera persona, Luis Benito Rey y Alfredo Amores. Ambos son inspectores, uno en el Centro de Control y el otro en la calle, pero antes fueron conductores, y han accedido a compartir todos los recuerdos que atesoran con los lectores de NEXOBUS.com. Hoy recogemos la segunda parte, quizá la más personal.

Y es que en tantos años de servicio, ha habido tiempo para vivir un sinfín de situaciones curiosas, como que “llevábamos un bote de Fairy para que no se empañaran los cristales y echábamos agua en el pedal del freno, porque quemaba mucho el suelo de algunos vehículos. Incluso llegué a poner un ladrillo para colocar el pie”, reconoce Luis, algo que Alfredo corrobora: “Algunos zapatos me duraban menos de un mes, porque se quemaba la suela”, comparten entre risas.

Luis también recuerda que “estando de conductor en la 27, a comienzos de los años ’90, entraron unos carteristas al bus y robaron a una mujer. Cuando me vino llorando, cerré las puertas y avisé a la policía, pero como tardaron en venir, el resto del pasaje comenzó a amenazar con denunciarme ¡por secuestro!, así que tuve que abrir las puertas”.

Y Alfredo asegura que “en la 44, que tiene cabecera en Callao, y sobre todo en fechas navideñas, en la primera parada ya tenía gente suficiente para llenar el bus y no tener que hacer ninguna parada. Y esas personas están nerviosas y con ganas de volver a casa con los regalos, los niños con los globos... Claro, a lo largo del día, en algún momento tienes que ir al baño, así que yo se lo explicaba a los viajeros e, incluso, alguno me invitaba al café. Esto es lo que suele suceder la mayoría de las veces, que los usuarios son empáticos con nuestro trabajo”, algo que también reclama Luis para los que ahora están al volante.

La EMT del futuro

Luis, que es inspector desde 2005, asegura que la EMT Madrid del futuro “seguro que seguirá creciendo, sobre todo en tecnología”, algo que Alfredo considera “lógico, aunque ya veremos cómo. En poco tiempo ha crecido mucho, y quizá el ritmo sea ahora más pausado”. Con la aparición de las ZBE habrá que adaptar tanto el servicio como las frecuencias, aunque Luis está convencido de que “se dará prioridad al autobús”, aportando como idea que “los carriles bus deberían estar en el centro de la calzada, no en los laterales, para que nadie se pueda parar en ese carril y así se agilizara el servicio”.

Los mejores recuerdos

Para concluir con buen sabor de boca, ambos inspectores quisieron recordar algunos de los mejores momentos de su trayectoria en la compañía. Para Luis, “el mejor recuerdo, cuando llevamos al Rey a las cocheras de Carabanchel con motivo del aniversario, hace apenas unos meses. Yo fui en el autobús con él. Todo requería una gran preparación, pero salió muy bien”.

A Alfredo le cuesta elegir, porque “muchos pocos hacen mucho”, aunque se queda con “el día que entré en la empresa. Yo era conductor de ambulancia y no paraba en casa, así que cuando llegué a EMT, fue una gran alegría porque iba a poder ver crecer a mi hijo. A pesar de llegar a casa muy tarde, para mi mujer ‘libraba todos los días’, porque dormía en casa. También fue una gran alegría cuando ascendí a inspector en 2001. Muchos de mis viajeros han terminado siendo amigos, y eso que hace más de dos décadas que dejé el volante. Mi madre, que tiene 90 años, me subió en brazos en los Leyland de dos pisos, y recuerdo que en la 55, cuando era un chaval, el suelo era de madera y había que tirar del cable para solicitar la parada. Igual es que soy un poco mayor”.

 Alfredo Amores junto a un autobús de EMT

Alfredo quiso recalcar que “aunque está mal que yo lo diga, creo que EMT es la mejor empresa de España, y lo digo tras conocer las de otros lugares. Somos una referencia. Tenemos una flota de primer nivel internacionales, en calidad y antigüedad, y muy bien conservada”.

Y Luis no se quiso despedir sin mencionar al personal de talleres y de asistencia en la calle, “que te ayudan ante cualquier avería en muy poco tiempo”, con la “colaboración inestimable en ocasiones del personal del Centro de Control, que por teléfono pueden dirigirte con algunas actuaciones que, al menos, retiren el vehículo del tráfico”.