Y entre sus conclusiones (de las que aquí recogemos la primera entrega) indica que existen claras diferencias “en la realidad, la situación y las necesidades y hábitos de movilidad entre hombres y mujeres, condicionadas en gran parte, por la asunción de tareas en el día a día, ligadas predominantemente al género”. Esto se traduce en que un porcentaje al menos de “un 40% de la movilidad de las mujeres, está condicionada por motivos asociados, asumidos o adjudicados por la condición de género”. Incluir una perspectiva de género en el análisis de la movilidad urbana parece ineludible, al tiempo que facilita el “sentar las bases para avanzar en tres ámbitos para buscar soluciones de igualdad y accesibilidad”: - Primero, garantizar una visión completa e integral de la movilidad cotidiana - Segundo, ampliar el concepto de la seguridad en la movilidad atendiendo a las violencias contra las mujeres y las percepciones de seguridad diferenciadas - Tercero, avanzar hacia la equidad de género, incluyendo necesidades objetivas de las mujeres en la planificación, diseño y gestión de la movilidad. Esto implica, según el estudio, “pensar en términos de la necesidad de promover los tres tipos de autonomía que necesita el género para conseguir la igualdad: autonomía física, autonomía económica, y autonomía en la toma de decisiones, que implica que las mujeres cuenten con la capacidad y las condiciones concretas para decidir libremente sobre cuestiones que afectan sus trayectorias de vida”. Base inicial Con ello se conseguiría “una buena base para que las empresas privadas de movilidad conozcan las necesidades de las mujeres, y puedan adecuar su oferta a las mismas”, a lo que se suma que “las empresas que ofrecen trabajo en general, conozcan las necesidades de género de sus personas trabajadoras y puedan plantear alternativas capaces de dar solución a sus necesidades, atraer y retener talento, y mejorar el atractivo de la empresa y el clima laboral”. Y, por último pero no por ello menos importante, permite compartir con las Administraciones públicas “reflexiones relacionadas con la movilidad y la perspectiva de género, útiles para la toma de decisiones tanto en relación con la reorganización del espacio urbano, como de la oferta de trasporte público”.