La Asociación germana BVL, una de las que más peso tiene en su organización, ha elaborado un documento en el cita la "resiliencia" como una de las cuestiones más importantes que debe tener la cadena de suministro en la actualidad. Eso lo explica indicando que "desde la crisis financiera y económica de 2008/2009, los acontecimientos comerciales suelen calificarse de volátiles. Y esa volatilidad ha hecho que la planificación en un contexto comercial se haya vuelto más difícil. A menudo, el acrónimo VUCA se utiliza para describir una situación volátil, incierta, compleja y ambigua. También se habla de un mundo BANI, que es un acrónimo de los términos frágil, ansioso, no lineal e incomprensible. Independientemente de la descripción que mejor refleje la realidad, se puede afirmar que la planificación de las cadenas de suministro tras la pandemia y las consiguientes interrupciones de la cadena se hizo más difícil. Aunque el Covid parece casi superado en Europa Central y los indicadores comerciales (especialmente el precio y la fiabilidad del tráfico internacional de contenedores) parecen estar volviendo a la normalidad, las cadenas de valor se manejan en un escenario bastante volátil todavía. Costes a tener en cuenta Por eso, en el diseño de las cadenas de valor industriales, el concepto de resiliencia es mucho más importante que antes del Covid. La geopolítica, que durante mucho tiempo desempeñó un papel menor en el diseño de las cadenas de valor, también está adquiriendo más importancia, e influye en las decisiones de aprovisionamiento de forma muy concreta. Hasta hace unos años, las cadenas de valor se construían siguiendo directrices como su 'esbeltez' según el pensamiento lean; la calidad mediante la certificación; y sanciones contractuales para garantizar la capacidad de entrega. Desde el punto de vista de los costes, el establecimiento de una cadena de valor con una única central de producción en todo el mundo era ideal, aunque esta estrategia ya no puede calificarse de actual o moderna. El objetivo es crear cadenas de valor, que puedan hacer frente y soportar las condiciones del mundo VUCA y BANI. Además de la minimización de costes, la capacidad de entrega debe incluirse con más fuerza en la planificación, al tiempo que se calculan los riesgos a lo largo de las cadenas de valor, por lo que su planificación es más compleja y, por tanto, también los métodos e instrumentos utilizados. Por ejemplo, el concepto de "costes totales en tierra" (TLC) no sólo incluye los costes del precio del producto, los costes de flete, el despacho de aduanas y los costes administrativos, sino que también refleja el aspecto de los riesgos hasta la efectiva recepción de las mercancías en la contratación.