Esa conclusión se basa en un incremento de la demanda de usuarios, en la paulatina recuperación económica y en la reducción de la incertidumbre en lo relacionado con el precio del combustible y la disponibilidad de vehículos para renovar flota.
Sin embargo, aunque el escenario es favorable, quedan algunas cuestiones pendientes por resolver. Y dos de ellas tendrán una incidencia decisiva sobre el futuro del Sector en la próxima década… por lo menos.
Una de ellas es la posible aprobación de la Ley de Movilidad Sostenible. De ser así, el marco legislativo sectorial cambiará de forma notable, especialmente por la inclusión de la Ley de Financiación. Todos los empresarios y las Organizaciones están muy pendientes de esta ley, que aportaría estabilidad a los operadores de transporte urbano. Pero también anhelan que esa financiación no se circunscriba únicamente a dicho ámbito, sino que amplíe su cobertura a todos los segmentos.
Sería, quizá, la mejor noticia para el Sector. Las previsiones de demanda continúan apuntando hacia un crecimiento importante, el precio del combustible (con las reservas necesarias) está estabilizado y las cuentas de resultados de las empresas han atravesado peores momentos, sin duda. Por lo tanto, si añadimos a la ecuación un marco de financiación menos incierto que el actual, el resultado no puede ser más que positivo.
¿Cambio de modelo?
La segunda cuestión que afecta al mercado es el modelo de negocio. ¿Podría cambiar? Pues todo es posible. El modelo nacional de transporte de viajeros es uno de los mejores de Europa, de eso no cabe duda, y se debe a la solidez del sistema concesional. Que, por cierto, ahora se encuentra ante una disyuntiva importante.
La necesaria renovación de los mapas concesionales, tanto el estatal como muchos autonómicos, podría abrir la puerta a una liberalización parcial de algunos corredores, tal y como reclama una parte del Sector y apoya la CNMC. Pero la mayoría de los operadores no parece demasiado a favor y respaldan la posición de Confebus de mantener el modelo tal y como está.
Tal apertura, o no, marcará el devenir del transporte nacional en los próximos años, porque una vez tomada la decisión, pasará mucho tiempo hasta que sea de nuevo revisada.
En cualquier caso, un año apasionante, para el que deseamos todo lo mejor a nuestr@s lector@s. Feliz 2024.
