La norma se centrará en los puertos comerciales y sus ecosistemas
"La transformación activa de los puertos pasa por utilizar las nuevas tecnologías para obtener datos, integrarlos a través de plataformas digitales, procesarlos para obtener conocimiento y actuar y responder de forma integrada", afirmó Luezas. "Todo ello nos lleva a la necesidad de mejorar la gestión de los procesos de negocio, la eficiencia económica, la sostenibilidad, la seguridad, la protección, la accesibilidad y la experiencia del cliente, sin olvidar la integración en las cadenas de suministro y, por supuesto, a tener puertos para las personas".
Asimismo, destacó que el contenido de la norma estará basado en los ámbitos de actuación de los puertos inteligentes y en el propio concepto de puerto inteligente, incidiendo en que "debe estar conectado y priorizar los datos en tiempo real, la trazabilidad, la visibilidad y la sincromodalidad". No obstante, destacó que la implantación de este modelo variará en cada caso, pues cada puerto tiene unos tráficos, dimensiones y necesidades diferentes.
Las distintas etapas
Luezas habló también acerca de los diferentes pasos que deben dar estas instalaciones para convertirse en puertos inteligentes. El primero de ellos tiene que ver con la digitalización de los sistemas y operaciones, para posteriormente pasar a una orientacion más centrada en los datos que en el flujo documental, haciendo que los procesos operativos se articulen en torno a ellos. Ya en la tercera fase se produce una mejora de la oferta a través de la compartición de dichos datos en tiempo real, la analítica de datos para la mejora de los servicios y la orientación a la excelencia operativa.
En la siguiente fase el objetivo es ya adelantarse a los acontecimientos, empleando gemelos digitales para simular, predecir y planificar en base a ellos. Esto permite mejorar la experiencia del cliente, convirtiendo al puerto en un ente conectado que incide en los aspectos más importantes de la cadena de suministro, como la trazabilidad y la visibilidad.
Finalmente, en la última etapa se establece como objetivo la mejora continua de la experiencia cliente, con KPIs que reflejen el desempeño en el servicio, y la automatización los procesos con supervisión humana. "Por tanto, desde una nueva forma de operar, el foco debe estar puesto en el intercambio de datos para generar más conocimiento con el objetivo de alcanzar la plena automatización de los procesos mediante inteligencia artificial y con supervisión humana", concluyó Luezas.